Servicios públicos
Tras la muerte de Touré (1984), las escuelas privadas, antes prohibidas, se extendieron por el país. Conforme a la constitución de 2020, la educación es gratuita y obligatoria hasta los 16 años. La educación primaria (seis cursos) comienza a la edad de los siete años. El coste de materiales es causa de abandono escolar, al igual que, en el caso de las niñas, su dedicación temprana a labores del hogar, al trabajo informal o a matrimonios tempranos. La enseñanza se imparte en francés y en las lenguas locales. Algo menos de un tercio de la población mayor de 15 años está alfabetizada, dato por debajo de la media de África occidental.
Entre los años 2009 y 2019 la matriculación en la enseñanza primaria, por sexos, es del 71% de niñas y 85% de niños; en secundaria, del 26% y 39%, respectivamente.
A principios del siglo XXI, las tasas de mortalidad infantil y juvenil se redujeron a casi la mitad de lo que eran en el periodo posterior a la independencia. Pero la escasez de equipos y suministros, las deficientes infraestructuras viarias, la insuficiencia de personal sanitario y la precaria formación siguen obstaculizando la calidad y extensión del sistema público de asistencia sanitaria.
Se calcula que una quinta parte de la población del país vive en Conakry y sus alrededores, donde la escasez de viviendas es especialmente grave.
El sistema de transporte guineano se basa en las carreteras y el servicio aéreo nacional. No hay servicio ferroviario de pasajeros en el país. En Conakry está el aeropuerto internacional. Air Guinée Express opera un programa de vuelos nacionales semanales a los aeropuertos de Kankan, Labé y Faranah, y mantiene un servicio ocasional a las ciudades internacionales cercanas. Las carreteras conectan Guinea con los centros regionales y con Senegal y Malí..
El 64% de la población (50% en el ámbito rural) tiene acceso a servicios básicos de agua potable; el 29,8 % (20,5% en el ámbito rural) a un sistema básico de saneamiento.
El porcentaje de la población que usa Internet (2017) es del 23% Acceso a electricidad, (2019); 42,4%; en el ámbito rural, el 16,4%.
Economía y Trabajo
La agricultura y los recursos naturales, así como los sectores manufacturero y de servicios, son los principales activos económicos de Guinea. El sector primario es la principal fuente de empleo del país: proporciona ingresos al 57% de los hogares rurales y empleo al 52% de la población activa.
La agricultura es mayoritariamente de subsistencia, y dependiente de la temporada estacional de las lluvias. Ante ello, la exposición del país al cambio climático, que está provocando un aumento general de las temperaturas medias y una disminución de las precipitaciones anuales, sobre todo en las regiones del noroeste y noreste, puede socavar la ya frágil situación socioeconómica de las comunidades rurales. Guinea está dotada de vastos recursos naturales, especialmente mineros e hidroeléctricos, cuyo potencial no está explotado, y que podrían contribuir al desarrollo inclusivo y sostenible del país, o bien, generar mayo empobrecimiento y mayores problemas medioambientales.
“Otro de los grandes retos a los que se enfrenta Guinea son las diferencias de género en los ámbitos de la educación y la productividad agrícola, así como en lo que respecta a las oportunidades de empleo y de toma de decisiones. En conjunto, estos factores disminuyen las perspectivas de las mujeres y socavan la trayectoria de crecimiento del país. Otras limitaciones importantes son la debilidad del capital humano (con bajas tasas de alfabetización), un sistema sanitario deficiente, la falta de insumos agrícolas de calidad, la escasa capacidad de gestión del sector y de los gobiernos locales, el acceso limitado a la financiación y el elevado desempleo, especialmente entre los jóvenes” (fuente: World Bank).
“La economía guineana ha resistido a la pandemia mundial. El PIB real ha crecido un 5,2%, solo un poco menos que el 5,6% de 2019 y mucho más que el 1,4% previsto al inicio de la pandemia. Este notable comportamiento está vinculado al fuerte aumento del 18,4% de la actividad minera en 2020, frente al 8% de 2019, fruto de la recuperación de la demanda china de bauxita y aluminio, de la que Guinea es el principal proveedor desde que desplazó a Australia en 2017. Pero la pandemia perjudicó a los sectores no mineros, cuyo crecimiento cayó al 2,5% en 2020 desde el 5,1% en 2019, en gran parte debido a los retrasos de los principales proyectos y al cierre temporal de las fronteras y las medidas para contener el COVID-19, que interrumpieron las actividades agrícolas, manufactureras y de servicios. Esas perturbaciones también provocaron un aumento de la inflación al 10,4% en 2020, desde el 9,5% en 2019” (Fuente: AfDB)
El derecho a la libertad sindical y el derecho de huelga por razones laborales están consagrados en la Constitución, y el derecho a la negociación colectiva, reconocido por ley. No obstante, se producen violaciones regulares de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores (Fuente: ITUC CSI).