En 2005 la matriculación en enseñanza primaria en Botsuana es del 83%, igual para niños y niñas.
La matriculación en enseñanza secundaria es del 58% en las mujeres, seis puntos superior a la de los hombres, 51%.
El acceso mejorado a fuentes de agua potable en 2000 en Botsuana es para el 95% de la población, y el acceso a servicios sanitarios es para el 46% de la población.
Desde su independencia el país mejoró el acceso a todos los servicios básicos (agua, educación primaria, salud) y aumentó la cobertura de vacunación contra las enfermedades infantiles comunes. Sin embargo, ostenta el mayor número de infectados de VIH/Sida del mundo; entre la población infantil el mayor impacto de la pandemia se constata entre las niñas, que son al menos cuatro veces más propensas a contagiarse tempranamente que los niños.
En 2003, aproximadamente 120 mil niños de entre 0 y 17 años eran huérfanos debido al VIH/SIDA.
Los mecanismos tradicionales de asistencia de menores huérfanos están empezando a verse desbordados; anualmente 9.500 bebés se contagian de sus madres. Aproximadamente el 35% de los ingresos de bebés en centros sanitarios urbanos, y cerca del 70% de las muertes infantiles en los hospitales están directamente relacionadas con el VIH/Sida.
En la actualidad disfruta de unos estándares sanitarios, educativos y económicos que pueden compararse con los de Sudáfrica.

Desde la independencia, Botsuana se ha convertido en uno de los países más ricos y de mayor crecimiento de África. El gobierno ha mantenido una política fiscal responsable, a pesar del déficit fiscal de 2002 y 2003, y una deuda exterior insignificante. Tiene la mejor calificación crediticia de riesgo soberano de África, y ha acumulado reservas internacionales por el orden de 5,1 miles de millones de dólares en 2003-2004.
La mejora de la economía se ha construido a partir de un acertado uso de las ganancias procedentes de las minas de diamantes, una política fiscal prudente y una política exterior cautelosa. También hay yacimientos importantes de cobre y níquel.
Debswana, la única compañía minera de diamantes que opera en Botsuana, pertenece en un 50% al gobierno y genera alrededor de la mitad de todos los ingresos gubernamentales. El gasto gubernamental fue recortado un 10% en 2002-2003 con el objetivo de enfrentarse a los crecientes gastos en servicios de salud y al déficit presupuestario. La alta incidencia de SIDA ha afectado mucho a la población y a la economía del país. Una de cada tres personas está infectada por el virus. El gobierno reconoce que la epidemia afecta a la economía del país y por eso ha planificado programas que combatan la epidemia, incluyendo tratamiento anti-retroviral gratuito y un programa nacional de prevención de transmisión del virus de madres a hijos.
El déficit fiscal que mantiene el gobierno, se puede explicar en parte por un relativo alto gasto militar (dedicaba un 4% del PIB en 2004). Muchos analistas consideran esta cifra innecesaria teniendo en cuenta que Botsuana no se encuentra en una zona conflictiva (aunque el gobierno hace uso de sus tropas en operaciones multilaterales y asistencia).
El trabajo infantil existe sobre todo en las zonas rurales. Los niños trabajan como pastores o empleados domésticos.
Los trabajadores tienen derecho a asociarse. El derecho a la huelga tiene limitaciones.
Consulta el Informe Anual 2009 sobre las Violaciones de Derechos Sindicales en Botsuana editado por la Confederación Sindical Internacional – CSI.
Consulta el Informe Anual 2007 sobre las Violaciones de Derechos Sindicales en Botsuana editado por la Confederación Sindical Internacional – CSI.