¿Por qué África paga los platos rotos?

Ngozi Okonjo-Iwela, directora gerente del Banco Mundial y ex-ministra de Economía de Nigeria, ilustra la creciente preocupación por el impacto devastador que una crisis nacida en los países ricos esta empezando a tener en el mundo en desarrollo, sobre todo en el África negra, diciendo: “Cuando empezó la crisis, la gente de los países en desarrollo, especialmente los africanos eran meros testigos inocentes, pero ahora no tienen más remedio que sufrir sus duras consecuencias”.
África es el continente más pobre de la tierra. Con la crisis que se intensifica en los países OCDE, también corre el riesgo de ser el continente más olvidado del planeta. Una vez más, los africanos son víctimas de un desastre causado por otros. No son responsables de la falta de controles en los mercados mundiales, ni de la voracidad de los bancos que han desencadenado el crash financiero, pero serán siendo los que más sufran sus consecuencias.
“África está nuevamente en peligro de desaparecer de las agendas de los países ricos. Conforme se está intensificando la crisis, se agudiza el parón de capitales privados hacia el mundo emergente, mientras las remesas- una fuente de financiación importante para el continente africano- también se están reduciendo a gran velocidad” (Trevor Manuel, ministro sud-africano).
Pero la crisis desencadenada por las hipotecas basura en EE.UU. lo ha cambiado todo. “Vamos a afrontar el equivalente económico de un tsunami, y si no lo controlamos, los progresos hechos en los últimos años en toda África pueden irse al Traste”, afirmó el ex secretario general de la ONU, Kofi Annam, al inaugurar en Marzo pasado una conferencia convocada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Dar es Salaam (Tanzania) para analizar los efectos de la crisis en el continente africano.
A primeros de Marzo el presidente etíope, Meles Zenawi, advirtió a los países del G-20, que se reunieron semanas después en Londres, que la mayoría de los países africanos podrían “hundirse en el caos y la violencia” si no reciben ayuda para afrontar la crisis. “Deberían preocuparse por áfrica porque les va en ello su propio interés”, afirmo Meles tras reunirse con el primer ministro británico, Gordon Brown. Muchos países africanos carecen de voluntad y de medios para proporcionar un colchón de seguridad a su ciudadanía. Y el continente africano no se merece, el olvido de Occidente.
Durante los años 2000 en las mesas de los responsables de la expansión internacional de las empresas españolas pusieron sus ojos en África atraídos sólo por los bajos costes de producción y la mano de obra barata. Así lo han demostrado USP Hospitales, Enertis Solar, Satec, Mixta áfrica, Eurosemillas, Harba Nutrición, y otros nombres cuyas historias son bastante más conocidas: Repsol YPF (Argelia y Líbano), Barceló Hoteles (Marruecos), Cepsa (Argelia), Inditex (Marruecos y Túnez)…
Mientras tanto la obsesión de los políticos europeos por el control de las fronteras ha contribuido a provocar, en 2007, la muerte documentada de 1.861 personas- aunque fueron muchos más los fallecidos de los que nada se supo- mientras intentaban cruzar irregularmente, por mar o por tierra, los confines comunitarios. El drama humano vivido por los pasajeros de los buques rescatados este año mientras iban a la deriva en el océano y de cuyos destinos ningún Estado se quiso hacer cargo ponen en evidencia que para Europa existen náufragos de primera y de segunda categoría y que la política de control de fronteras pasa por delante del respeto a la vida y dignidad de las personas
 

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