Jeune Afrique, 15 de Septiembre- Los habitantes del Sahel temen no sólo a la sequía, sino también a las inundaciones. Un binomio cada vez más frecuente, y cada vez más peligroso. Su resultado: la hambruna.
Las lluvias torrenciales, que comenzaron en julio y han continuado a lo largo de agosto y septiembre, han sido tan intensas que muchas de las comunidades han visto cómo sus hogares, el ganado y sus reservas de alimentos desaparecían bajo el agua. Hasta 200.000 personas han perdido sus hogares en Níger, donde el río Níger se salió de su cauce y las inundaciones han afectado a las ocho regiones del país. Se estima que 105.000 personas se han visto directamente afectadas en Burkina Faso y miles más están sufriendo en Malí.
Los campos permanecen inundados, y en el agua flotan animales muertos, por lo que la población, ya debilitada por la falta de alimentos, corre el riesgo de contraer enfermedades como la malaria y el cólera.
Cristina Ruiz, responsable regional de emergencias de InspirAction para África Occidental, indica: “Esperábamos que la temporada de lluvias aliviaría el sufrimiento en el Sahel, pero las lluvias torrenciales han agravado la falta de alimentos y empeorado aún más las perspectivas para la próxima cosecha. El aumento del precio del grano en los mercados de la región también está agravando el problema. Los alimentos importados son demasiado caros para la mayoría de la población, y la incertidumbre actual en el mercado mundial de alimentos posiblemente hará que suban aún más”.
La crisis está afectando a las comunidades no sólo de Níger, sino también de Malí, Burkina Faso, Nigeria y Mauritania. Causada por varias temporadas de malas cosechas, unidas primero a una fuerte sequía y ahora a las inundaciones, ha dejado a millones de personas sin alimentos y a su ganado sin pasto. Los resultados han sido desastrosos:
• Más de 10 millones de personas afectadas por la crisis alimentaria
• En Níger, más de 7 millones de personas – la mitad de la población del país – está en riesgo de hambruna
• 400.000 niños sufren desnutrición aguda
• 600.000 personas afectadas en Malí, donde los pastores están viendo cómo sus animales muren masivamente
• La crisis también amenaza comunidades de Burkina Faso, Chad y Nigeria.
La magnitud de la crisis hace que ya sea considerada peor que la de 2005, por lo que es urgente tomar medidas cuanto antes, dado que la próxima cosecha, que seguramente sea muy escasa, no será hasta octubre.
InspirAction y sus socios están trabajando para satisfacer las necesidades inmediatas de las familias con alimentos, mantas y otros suministros, así como poyando a aquellos que perdieron sus medios de subsistencia y tendrán cosecha la próxima temporada.
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