Jeune Afrique, 2 de Julio- Míriam Berengué es responsable de proyectos de FISC y hace poco que ha estado en la R.D.Congo, de donde ha traído muchas fotos y vídeos. ¿Cómo funciona la escuela Mobokoli?
Mobokoli es una plataforma educativa que ha partido de las necesidades del barrio de Selembao situado en Kinshasa, la capital de la R.D.Congo
Hemos tardado cuatro años al conseguir que la Escuela de Mobokoli sea una realidad educativa. En este momento funcionan tres líneas de cada curso: de educación infantil, de 1º, 2º, 3º de primaria y 1º y 2º de ESO.
Para el curso próximo está previsto que funcione la escuela al 100% de su capacidad, con 2.090 alumnos (425 de educación infantil, 675 de primaria y 990 de educación secundaria). El total de profesores que impartirán clases será de 59.
Mobokoli ha permitido aumentar las tasas de escolarización de primaria y de secundaria del barrio de Selembao pero se calcula que todavía hay un 22% de niños en edad escolar que no pueden acceder a la educación primaria y un 45% a la educación secundaria. La mayoría de estos niños son chicas, porque las familias priorizan la educación de los chicos.
Tenemos que tener en cuenta que el Estado Congoleño no paga a los profesores de las escuelas, sean de las iglesias católicas o protestantes, privadas o públicas y son los padres los que tienen que pagar la educación de sus hijos. La escuela de Mobokoli, una escuela de la iglesia católica, es más barata que las escuelas públicas de la capital Congo, porque hace una buena gestión de los recursos y no hay corrupción interna.
La media de niños por clase en Mobokoli es de 45 niños por aula y la escuela no admite la superación de este número. La media de niños por clase en Kinshasa es de 66 alumnos. La escuela quiere formar alumnos, sobre todo chicas (un 58% del alumnos son niñas) con un nivel educativo superior a la media y por eso mejora el currículum educativo y amplía el horario lectivo que fija el Estado (de 4 horas obligatorias a 6 horas). Mobokoli disfruta de ciertos equipamientos: materiales educativos básicos y un aula de informática equipada, aunque no siempre es posible su funcionamiento por los muchos cortes de luz continuados que hay en la ciudad.
Esta escuela ha costado más dinero de los previstos inicialmente ya que, durante los años que ha durado la construcción, el precio del cemento y del hierro se ha triplicado en la R.D.Congo. Por eso ha hecho falta un esfuerzo adicional de los amigos del FISC. Aprovechamos para dar las gracias a los padres y madres, alumnos y profesorado del Colegio por su apoyo.
Mobokoli también es una plataforma educativa con proyección a la comunidad. Por las tardes se hace educación de adultos, talleres de informática para los jóvenes en el aula de la escuela, alfabetización, asesoramiento para pequeños negocios y para facilitar micro-créditos, educación y acompañamiento de niños de la calle.
Todavía nos faltan algunas cosas: equipamiento de la biblioteca de la escuela que se abrirá a la comunidad en horario no lectivo ya que es la única biblioteca del barrio de unos 620.000 habitantes, mobiliario de algunas aulas, el cerrado de los sufridos para garantizar la seguridad de los alumnos, finalización de la casa de alojamiento para los profesores que vienen de fuera y también la construcción de un pequeño salón de actos que se utiliza ya que la escuela se cede al barrio para hacer- allí actividades culturales.
Nosotros conocemos muy bien algunos proyectos del FISC como Mobokoli sin embargo, ¿qué más hace el FISC?
El FISC se una ONGD con presencia en 14 países empobrecidos. EL FISC tiene 10 delegaciones en el Estado Español, a Francia y a Colombia y oficinas técnicas en la R.D.Congo, Perú, Brasil y Nicaragua.
El FISC trabaja para fortalecer capacidades educativas, sanitarias y productivas de la población más vulnerable que posibilite mejorar las condiciones de vida en los países empobrecidos y disminuir las diferencias existentes al mundo.
EL FISC también trabaja para sensibilizar la población y sobre todo la comunidad educativa de las escuelas Compañía de María de Europa. Con nuestras actitudes, comportamientos ciudadanos y de consumo somos responsables de lo que pasa en otros lugares del mundo y es necesario que dispongamos de información crítica para poder dirigir nuestras actuaciones a crear estructuras mundiales más justas.
www.canalsolidario.org/noticia/mobokoli-una-escuela-y-una-esperanza-en-r-d-del-congo/24108