Los aliados se reúnen en Londres para exhibir unidad y diseñar la transición en Libia

Rusia acusa a las potencias occidentales de apoyar a un bando en una guerra civil.-Turquía se ofrece para mediar y lograr un alto el fuego en Libia

Los países que conforman la coalición político-militar en la que se apoya la intervención en Libia se reunirán a partir de las 12.30 (hora local) en Londres para discutir la situación de las operaciones militares, la ayuda humanitaria a la población castigada por las tropas de Muamar el Gadafi y preparar el terreno para un futuro en Libia despojado de la dictadura del coronel. A la cumbre en la capital británica acudirán, además de las delegaciones de más de 30 países, representantes de Naciones Unidas, la Unión Africana, la OTAN y la Liga Árabe. Es decir, las organizaciones que respaldan y, en el caso de la Alianza Atlántica, dirigen los ataques aéreos contra el régimen libio. Pero por encima de todo la reunión busca transmitir una imagen de unidad tras los titubeos iniciales sobre quién debía asumir y por cuánto tiempo el coste y liderazgo de la intervención.

 

Como subraya el comunicado del Ministerio de Exteriores británico, que ejercer de anfitrión, uno de los objetivos de la conferencia es "demostrar la unidad de objetivos de la comunidad internacional, reuniendo a un amplio grupo de países comprometidos con un futuro mejor para el pueblo de Libia". Igualmente se trata de "enviar un mensaje inequívoco en nombre de la comunidad internacional de que seguiremos aplicando la resolución 1973 del Consejo de Seguridad, que incluye la protección de la población civil frente a los ataques violentos".

Rusia acusa a los aliados de parcialidad
Despejadas las dudas en torno al mando militar, que la OTAN asumió el pasado fin de semana después de una etapa inicial a cargo de Estados Unidos, ahora surgen otros interrogantes. Dudas como las que plantea Rusia, que no participa en los ataques ni acudirá a la convocatoria en Londres pero que ha expresado de nuevo su preocupación por el peligro de que las potencias occidentales tomen parte activa en lo que Moscú no duda en calificar de guerra civil. Un peligro innecesario según Rusia, al exceder el mandato expreso de la ONU que autoriza "el uso de todas las medidas necesarias para proteger a la población". Pero solo para eso, no para apoyar con los bombardeos el avance de los rebeldes libios en su lucha contra Gadafi.

Precisamente para evitar acusaciones como esta, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, hicieron ayer un llamamiento conjunto a los libios para que abandonen a su suerte a Gadafi y ayuden a Libia a iniciar un proceso de transición que mantenga la unidad territorial del país magrebí. "Gadafi debe marcharse inmediatamente" al haber "perdido toda legitimidad", afirmaron los dos políticos europeos, que instaron a los seguidores del coronel a "abandonarle antes de que sea demasiado tarde". "Llamamos a todos los libios que creen que Gadafi lleva a Libia al desastre a tomar ahora mismo la iniciativa para organizar un proceso de transición", agregaron.

"En nuestra opinión, (tal transición) debería incluir al Consejo Nacional de Transición Interino, al cual reconocemos como pionero (de ese proceso), a los líderes de sociedad civil y a todos cuantos estén dispuestos a sumarse al proceso de transición a la democracia", dice el llamamiento conjunto franco-británico.

La OTAN, por su parte, ha negado que los ataques aéreos contra las fuerzas del coronel Gadafi tengan como objetivo dar cobertura a los rebeldes en su avance hacia Trípoli. En declaraciones a la BBC, el ex embajador británico ante la OTAN y la ONU, Emyr Jones Parry, ha dicho, en referencia a los recelos de Rusia de que la alianza trate en realidad de tomar parte en una guerra civil, que "se trata de proteger a los civiles y para ello hay que neutralizar las fuentes de esos ataques".
 

Nueva política de Obama
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió anoche la intervención en Libia como la respuesta a una emergencia humanitaria de la que Estados Unidos no se podía desentender y presentó un nuevo concepto del liderazgo internacional norteamericano basado, no en la actuación unilateral allí donde Washington crea necesario, sino en la creación de las condiciones para un amplio compromiso mundial a favor de las causas justas, informa Antonio Caño.

Obama dejó claro que tras liderar la primera fase de la campaña, EE UU entregará el mando de la misma este miércoles a los aliados. El presidente demócrata advirtió al mismo tiempo de que ampliar los objetivos de la misión militar en Libia al eventual derrocamiento de sería una equivocación y explicó que Washington había recorrido ese camino en Irak y no podía permitirse otra vez semejante costo en vidas, tiempo y dinero.

El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, cuyo país es miembro de la OTAN, también intentó ayer espantar el fantasma de un nuevo Irak. Erdogan se ofreció a mediar en un eventual acto el fuego en Libia para evitar "un segundo Irak" o un "un nuevo Afganistán". En declaraciones al diario británico The Guardian, Erdogan advirtió de que un conflicto prolongado podría tener consecuencias desastrosas tanto para Libia como para los países de la OTAN. "Nos hemos opuesto a toda acción unilateral y jamás podríamos aceptar llamamientos como el del ministro francés a favor de una nueva cruzada", dijo Erdogan en referencia a unos comentarios del titular francés del Interior, Claude Guéant.

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