Las cargas policiales dejan cuatro opositores muertos en Bahrein

Revueltas en los países árabes
Los agentes dispersa con gases lacrimógenos y balas de goma los cientos de chiíes que desde ayer permanecen acampados en la plaza de La Perla de Manama

Al menos cuatro personas han muerto hoy y más de cien han resultado heridas cuando la Policía y el Ejército de Bahréin cargaron contra varios miles de manifestantes reunidos en el centro de Manama pidiendo reformas políticas y mejoras económicas, según una ONG.
El presidente de la Asociación de la Juventud Bahreiní para los Derechos Humanos, Mohamed al Maskati, ha asegurado por teléfono que las fuerzas de seguridad habían empleado munición real además de bolas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, que se concentran en la plaza Lulu desde hace dos noches.
De confirmarse estas informaciones, el número de muertos por las revueltas antigubernamentales se elevaría a seis, después de que el lunes y el martes fallecieran dos jóvenes en otros choques con la Policía.
Alrededor de las 3.00 de la madrugada, la Policía irrumpió en la plaza lanzando gases lacrimógenos y balas de goma contra los manifestantes con el objetivo de dispersarlos para poner fin a tres días de protestas que amenazan con prolongarse si la gente continúa llegando al improvisado campamento. "La gente fue atacada mientras estaba durmiendo, no hubo cuidado", ha dicho Maryama Alkawaka, del Centro de Derechos Humanos de Bahréin, desde el Hospital Sulaimaniya de la capital, adonde han sido trasladados los heridos, algunos de ellos en estado crítico, incluidos una mujer y un niño.
Cánticos contra el rey
Tras la agresión, helicópteros de las fuerzas de seguridad sobrevuelan La Perla, mientras que coches patrulla controlan las principales vías de la capital, en un intento de reprimir las revueltas al comienzo del nuevo día. Sin embargo, parece que la intervención policial ha provocado el efecto contrario, ya que los manifestantes han elevado sus reivindicaciones. Si estos días demandaban la dimisión del primer ministro, Jalifa bin Salman al Jalifa, y el paso a una monarquía parlamentaria, ahora los cánticos contra el rey, Seik Hamad bin Isa al Jalifa, inundan la plaza.
Además, los protagonistas de estas revueltas denuncian la discriminación de los chiíes, la etnia mayoritaria, por parte de la minoría suní que gobierna el país. Así, acusan a las autoridades bahreiníes de conceder la nacionalidad a suníes extranjeros con el objetivo de provocar un vuelco demográfico.

 

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