La Policía sospecha que las cooperantes han sido trasladadas ya a Somalia

La policía keniana sigue buscando a las dos cooperantes españolas secuestradas ayer en Kenia, aunque ya todo apunta a que los delincuentes han conseguido cruzar a territorio somalí con las rehenes. La investigación en el lado keniano se centra ahora en el coche en el que los bandidos llevaban a las dos mujeres españolas, que fue encontrado anoche abandonado a unos 20 kilómetros de la frontera entre Kenia y Somalia. Este dato podría indicar que los secuestradores habían planeado el ataque y cambiaron de vehículo para continuar el viaje y entrar en Somalia.

El jefe regional de la Policía keniana en la zona, Leo Nyengesa, señaló a El País que no podía confirmar o desmentir las informaciones que sitúan a las cooperantes españolas en Somalia y que la Policía seguía con las labores de búsqueda. La agencia AFP atribuye a la policía regional la siguiente aseveración: "Todo indica que ya están en el otro lado" [de la frontera, en territorio somalí].
De ser así, este secuestro sería muy similar a los de otras dos mujeres secuestradas durante las últimas semanas en el archipiélago keniano de Lamu, muy cercano a la frontera con Somalia. Una turista británica, cuyo marido fue abatido a tiros por los secuestradores, y una mujer francesa fueron secuestradas en distintas islas del archipiélago, muy cercano a la frontera con Somalia, y las últimas informaciones las sitúan también en Somalia. Por el momento, sus secuestradores no han pedido ningún rescate ni se han puesto en contacto con las autoridades kenianas o de los países de las rehenes.

Javier López Cifuentes, uno de los máximos responsables del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Kenia, ha dicho a EFE que Médicos sin Fronteras había decidido dejar en Dadaab los servicios indispensables. El departamento de prensa de Médicos sin Fronteras en España no puede confirmar que se esté evacuando al personal de la ONG en el campo de refugiados de Dadaab, informa Belén Hernández.

Las dos cooperantes españolas de la ONG fueron secuestradas ayer en el campo de refugiados de Dadaab, en Kenia. Un grupo de hombres armados, al parecer miembros de la organización islamista Al Shabab, próxima a Al Qaeda, interceptó el vehículo en el que viajaban, después de pegarle un tiro en el cuello al chófer. Una de las cooperantes es Montserrat Serra Ridao, natural de Palafrugell (Girona), mientras que la otra es oriunda de Madrid, aunque anoche aún no se había divulgado su identidad.

Serra Ridao, de unos 40 años, es profesora de Tecnología del Instituto de Educación Secundaria (IES) El Pedró de l’Escala. Había pedido un permiso de un año para llevar a cabo proyectos de cooperación, que anteriormente realizó en Yemen, han informado fuentes del instituto a Europa Press.
Las dos mujeres regresaban a Dadaab desde la ciudad de Liboi, a unos ocho kilómetros de la frontera con Somalia, cuando los secuestradores asaltaron su convoy de dos vehículos. Uno de los coches consiguió escapar, pero los atacantes hirieron en el cuello al conductor del otro y se llevaron a las dos cooperantes en dirección hacia Somalia en ese mismo coche.

“Eran tres hombres armados, creo que con rifles AK47. Uno de los coches ha tenido mucha suerte y ha podido escapar, pero los atacantes han herido al conductor del otro, lo han dejado allí tirado y se han ido con el coche y las dos mujeres”, dice a EL PAÍS Soweto, un residente en Dadaab.
La policía keniana cree que la milicia islamista somalí Al Shabab es la responsable del secuestro, aunque también podría tratarse de un grupo de bandidos o de una milicia independiente. Al Shabab es un grupo radical cercano a Al Qaeda enfrentado al Gobierno somalí y controla gran parte del centro y sur de Somalia. No obstante, un portavoz de la milicia en Somalia ha negado a Reuters que la organización esté implicada. Las autoridades kenianas señalaron esta tarde a este grupo como posible culpable.

En un principio, la policía y el ejército keniano persiguieron a los secuestradores por tierra y por aire, con dos helicópteros.

La zona entre Dadaab y la frontera entre Kenia y Somalia es un amplio espacio de caminos sin asfaltar y tierras quemadas por el sol y la sequía. En los últimos meses, unos 150.000 refugiados somalíes han recorrido los 100 kilómetros entre la frontera y Dadaab, entre arbustos cenicientos y cadáveres de animales, huyendo del hambre y la violencia en Somalia.

Dadaab, construido en 1992 para albergar 90.000 personas, es en la actualidad el mayor campo de refugiados del mundo, con unos 450.000 residentes, la gran mayoría originarios de Somalia. Las autoridades kenianas se han quejado en repetidas ocasiones de que supone una amenaza por la posibilidad de que milicianos de Al Shabab se infiltren entre la población de refugiados.

Además de a cientos de miles de refugiados, Dadaab alberga una importante población de trabajadores que prestan asistencia humanitaria. Numerosas agencias de Naciones Unidas y ONG kenianas e internacionales ofrecen desde asistencia alimentaria hasta cuidado médico y servicios educativos. Durante el día, los caminos de tierra de Dadaab están poblados por los todoterrenos de estas organizaciones, que sobre las seis de la tarde ya han regresado a sus bases para cumplir con un toque de queda impuesto por motivos de seguridad.

En Dadaab, las ONG están establecidas fuera de los campos y se mueven siempre en convoyes con seguridad armada. MSF es la única que tiene su base dentro de los asentamientos y que, por principio, no cuenta con escolta de seguridad armada.

Un destacamento del ejército keniano está establecido en el puesto fronterizo de Liboi, a unos 13 kilómetros de Dobley, la primera ciudad en el lado somalí. Aunque técnicamente la frontera entre Kenia y Somalia está cerrada, decenas de miles de somalíes la han cruzado en los últimos meses campo a través, a pie y en vehículos. Y muy pocos de ellos lo han hecho a través del puesto de fronterizo de Liboi, como reconocieron los militares a EL PAÍS en este lugar el pasado julio. Entonces, una tabla con pinchos y varios arbustos delimitaban la frontera.

El de las dos cooperantes españolas es el tercer secuestro en territorio keniano de personas extranjeras en las últimas cuatro semanas. Los otros dos ocurrieron en el archipiélago de Lamu, también cercano a la frontera con Somalia. Hace un mes, una mujer británica fue secuestrada y su marido asesinado a tiros en un lujoso complejo turístico; tres semanas después otra mujer, francesa, fue también secuestrada en la isla de Manda.

En las últimas dos semanas, nuevos enfrentamientos en Dobley entre Al Shabab y milicias leales al Gobierno provocaron que las autoridades kenianas reforzaran la seguridad en varios puntos de la frontera y en particular en el puesto de Liboi. Desde entonces, las organizaciones humanitarias presentes en Dadaab habían extremado las precauciones.

 

politica.elpais.com/politica/2011/10/13/actualidad/1318535652_427631.html

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