Protestas en irán
La policía disuelve en Teherán una marcha prohibida a favor de las revoluciones de Túnez y Egipto en la que hubo al menos un fallecido
Botes de humo, pelotas de goma y porrazos. Los agentes antidisturbios de Teherán, reforzados por la Guardia Revolucionaria y voluntarios de la milicia islámica del basij, tuvieron que emplearse a fondo para disolver una manifestación en la plaza Azadiy, en la que una persona perdió la vida por arma de fuego y varias más resultaron heridas, según la agencia de noticias local Fars. La llamada a echarse a las calles para apoyar las revoluciones de Túnez y Egipto efectuada por la oposición reformista no obtuvo el visto bueno de unas autoridades islámicas que no dudaron en reprimir el acto. Los dos líderes opositores, Mir Husein Musavi y Mehdi Kerrubi, vivieron la jornada en arresto domiciliario, pero usaron sus páginas web para denunciar «centenares de detenciones» y acusar al régimen islámico de «hipócrita» por su apoyo oficial a las revueltas en los países árabes al tiempo que se niega a autorizar la manifestación de solidaridad en su propio país. Ciudades como Shiraz o Isfahán también fueron escenario de protestas.
Los móviles dejaron de funcionar. Con la caída del sol se cortó el suministro de electricidad. Las calles próximas al lugar de la marcha revivieron las escenas de las protestas poselectorales de 2009 cuando la oposición acusó a Mahmoud Ahmadineyad de vencer en los comicios de forma fraudulenta y se echó a las calles. El propio presidente celebró en esa misma plaza Azadi pocas horas antes un mitin multitudinario para conmemorar el 32 aniversario de la república islámica y la multitud gritó a favor de Egipto y Túnez. La negativa a la marcha convocada por la oposición responde, según las web reformistas, al miedo que las autoridades tienen a que la solidaridad con las revueltas en el norte de África se tornen en un nuevo estallido revolucionario en suelo iraní.
El régimen islámico aprendió la lección en 2009. Al tratarse de una protesta ilegal advirtió a la prensa internacional presente en el país de que no estaba permitida su cobertura. Apenas se difundieron fotografías y vídeos, la mayor parte tomados con teléfonos móviles, y las fuerzas del orden permanecieron en las calles para evitar nuevas protestas a lo largo de la noche.
Reformas o ruptura
«La diferencia entre Irán y nosotros es que allí los ciudadanos luchan por obtener reformas dentro del sistema, mientras que nosotros nos hemos rebelado contra todo el régimen porque queríamos un cambio total», piensa el escritor egipcio, Alaa al Aswany. La división en Irán se saldó con decenas de muertos y miles de detenidos en 2009 y con macrojuicios a los opositores que en varios casos se han saldado con pena de muerte bajo la acusación de atentar contra la seguridad nacional o de ser colaboradores de regímenes enemigos.
Los partidarios del expresidente Mubarak acusaron a Teherán de financiar y promover las revueltas que acabaron por derribar el régimen. La mala relación entre gobiernos contrasta con el sentir popular en unas calles de Egipto en las que el presidente Ahmadineyad es uno de los líderes musulmanes mejor valorados.