La junta militar que gobierna Egipto desde el triunfo de las revueltas el pasado 11 de febrero aseguró ayer en un comunicado que el derrocado presidente Hosni Mubarak y su familia permanecen «bajo arresto domiciliario» dentro del país. Con el anuncio, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas pretende zanjar los rumores que apuntaban a que el exmandatario se había trasladado junto a su allegados a Tobuk, en Arabia Saudí, para someterse a un tratamiento médico.
Las autoridades de El Cairo anunciaron asimismo que en septiembre de este año se celebrarán las elecciones parlamentarias, según anunció en rueda de prensa el general Mamduh Shahin, quien no pudo precisar la fecha exacta en que se desarrollará la cita con las unas. El mensaje de la alta cúpula del Ejército aclara una de las más importantes dudas que existían sobre el calendario electoral en Egipto, ya que no estaba confirmado si habría comicios legislativos antes que los presidenciales.
Para garantizar la participación de un amplio abanico de fuerzas políticas, el órgano militar ha trazado un marco legal más flexible. «Algunos artículos de la ley de partidos han sido reformados para eliminar los obstáculos que tenía la norma actual», expresó Shahin. Entre los apartados modificados está el que regula la creación de las formaciones, de lo que se encargaba antes un comité dirigido por el secretario general del partido de Mubarak. El nuevo órgano, en cambio, será totalmente judicial.
De acuerdo con las reformas, se mantiene la exigencia legal de no poder formar un partido con bases religiosas ni sectarias, lo que impide a los Hermanos Musulmanes funcionar como tal. Asimismo, los militares manifestaron que no ven problemas en que los jóvenes que promovieron la rebelión contra el dictador creen una formación, siempre que cumplan los requisitos.
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