La inteligencia militar de Egipto

Omar Suleimán ha sido siempre un leal colaborador de Mubarak y en el que confía para resolver la crisis

 

Omar Suleimán es un viejo conocido. Su nombre siempre ha estado presente en la carrera por la sucesión, pero el guión escrito por Hosni Mubarak para nombrar a su heredero saltó por los aires hace un par de semanas cuando miles de egipcios tomaron el centro de la capital para intentar acabar con treinta años de dictadura. La revuelta ha precipitado una transición que ha dinamitado todos los planes urdidos por el ‘rais’ para orquestar una sucesión que garantizase la continuidad del régimen. Ante esta situación, a Mubarak no le ha quedado más remedio que delegar el poder y echar mano de su hombre fuerte, de su leal colaborador para liderar un Ejecutivo continuista y de circunstancias que reconduzca la caótica situación del país hasta las elecciones del próximo mes de septiembre.

Es la segunda vez que Omar Suleimán saca al presidente egipcio de un serio apuro. La primera fue el 21 de junio de 1995 cuando varios miembros de Gamaa Islamiya abrieron fuego contra el convoy en el que viajaba Mubarak de visita en Addis Abeba. Fue el actual vicepresidente el que se empeñó días antes en blindar la limusina ante la creciente amenaza de los islamistas radicales, un gesto que salvó la vida del dictador.
Considerado como una de las persona más poderosas de Egipto, el «influyente» e «inteligente» jefe de los servicios secretos del país de Nilo será el encargado de llevar las riendas del Gobierno hasta los próximas elecciones presidenciales con el beneplácito del ‘rais’. Los manifestantes no toleran su figura y ayer lo dejaron bien claro. Les recuerda demasiado a la época a la que pretenden dar carpetazo, si bien es cierto que una parte importante de los egipcios lo podrían aceptar como un mal menor, mantienen los analistas.
 
Reconocido mediador
Nacido en Quina, al sur de Egipto, en 1953, Omar Suleimán ingresó en la Academia Militar de El Cairo con apenas 19 años. Completó su formación castrense en la Unión Soviética, al igual que Mubarak, aunque también estudió Derecho y Políticas. En la década de los 80 fue trasladado a la inteligencia militar, donde empezó lo que sería una larga relación entre Egipto y Estados Unidos.
Suleimán fue nombrado jefe de los servicios secretos egipcios en 1993, aunque fue un completo desconocido para los ciudadanos del país del Nilo hasta el año 2000 cuando el actual vicepresidente -cargo que permanecía vacante desde 1981 y que Mubarak recuperó hace diez días para poner a su hombre fuerte al frente- fue enviado por el ‘rais’ para mediar entre las facciones palestinas. Omar Suleimán mantiene buenas relaciones con sus contrapartes en Estados Unidos e Israel, y su presencia es constante y fundamental en las negociaciones del conflicto árabe-israelí.
Descrito a menudo como una persona muy inteligente y que no se anda con rodeos a la hora de hablar, Suleimán ha sido utilizado por Mubarak, en detrimento de Ahmed Abul Gheit, el ministro de Exteriores, para desenredar asuntos espinosos de Oriente Próximo.

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