La deserción de uno de los hombres de confianza de Gadafi alienta a los rebeldes

Ola de cambio en el mundo árabe
La fiscalía escocesa quiere interrogar al exministro de Exteriores libio por el atentado de Lockerbie

La deserción del ministro de Asuntos Exteriores libio, Musa Kusa, hombre clave en el régimen de Muamar el Gadafi, despertó ayer esperanza entre los aliados y los rebeldes libios, que interpretaron este gesto como un síntoma de debilidad del coronel. Kusa huyó el miércoles a Gran Bretaña, donde explicó que no quería seguir representando al régimen libio. El exministro de Exteriores llegó al aeropuerto de Farnborough, a las afueras de Londres, procedente de Túnez, y ayer mismo fue interrogado por las autoridades británicas. Según el jefe del Foreign Office, William Hague, Kusa estaba hablando de forma voluntaria, se encontraba en un lugar protegido y no se le ofreció inmunidad. "Se encuentra en un lugar seguro en Reino Unido en estos momentos y estamos discutiendo con él sus opciones y nuestras opciones para ver cómo procedemos", apuntó el ministro de Exteriores británico.

El primer ministro, David Cameron, manifestó que la deserción es una muestra de que el régimen de Gadafi se está desmoronando, mientras que Hague pidió al resto del entorno del coronel libio que siga los pasos de Kusa. "Gadafi se debe de estar preguntando ahora quién será el próximo", apuntó Hague. "La decisión del exministro de Exteriores de venir a Londres para renunciar a su puesto es una decisión de alguien en los más alto y es una historia convincente de la desesperación y el miedo en el corazón del mismo del régimen de Gadafi que se desmorona y que está podrido", apuntó Cameron.

En la misma línea se expresó el número dos del departamento de Estado estadounidense, James Steinberg, quien indicó que "cuando abandona alguien como él, que ha estado tanto tiempo con Gadafi, es una fuerte señal de que ya no hay más futuro". Kusa ha sido uno de los hombres más fuertes del régimen en los últimos años. Hasta su nombramiento como ministro de Asuntos Exteriores en 2009, había dirigido los servicios secretos del país durante 15 años y gozaba de una posición de gran influencia. De hecho, Kusa es uno de los cuatro altos cargos del régimen libio, además de Gadafi y alguno de sus hijos, investigado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y lesa humanidad, en relación a la brutal represión que comenzó el pasado 15 de febrero.

La carrera política de Kusa comenzó como embajador libio en Gran Bretaña en 1979, pero fue expulsado al año siguiente después de declarar en una entrevista publicada en el diario The Times que aprobaba el asesinato de disidentes libios en suelo británico.

Atentado de Lokerbie Tras su deserción, la fiscalía escocesa anunció que quiere interrogar a Kusa por el atentado de Lockerbie, que se cobró la vida de 270 personas en 1988. Entonces, el exministro formaba parte de los servicios libios de espionaje y algunos expertos lo han señalado como el cerebro de la masacre. Los familiares de las víctimas esperan que su declaración pueda aportar luz en un caso sobre el que quedan muchas incógnitas. "La investigación de aquel atentado continúa abierta y queremos seguir todas las líneas de investigación relevantes", señaló un portavoz del Gobierno escocés. Tras el revuelo causado por la presencia de Kusa en Londres, un portavoz del Gobierno libio señaló que el exministro obtuvo el permiso para salir de Libia por razones médicas. "Recibió permiso por enfermedad y cuando llegó a Túnez perdimos la comunicación con él. Entendemos que renunció a su puesto, pero se trata de una decisión personal", afirmó Musa Ibrahim en una rueda de prensa en Trípoli.

En Libia, los rebeldes libios consiguieron ganar ayer terreno a los gadafistas, que retrocedieron 40 kilómetros al oeste de Brega, y mantuvieron en su poder esta ciudad, situada a 200 kilómetros al oeste de Bengasi. El portavoz de los rebeldes Mohamed Mergirby explicó que los sublevados han cambiado de estrategia militar y que ayer había miembros del Ejército combatiendo en primera línea, mientras que en segunda línea estaban las milicias de voluntarios. Los rebeldes recibieron también con entusiasmo la noticia de la deserción de Kusa. "Musa Kusa ha desertado y también un alto oficial del Ejército en Kufra, Saleh al Zarru, y el régimen se está desmoronando con ellos", apuntó Mustafa Geriani, otro portavoz rebelde.

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