Afrol News, 12 de Noviembre- Mientras Ghana ha vivido en los últimos años el mayor progreso económico de su historia, las autoridades ghanesas se enfrentan ahora al reto del emergente sector petrolífero. La transparencia y las reformas fiscales son urgentes.
Las autoridades de Ghana están estudiando extensas reformas encaminadas a reforzar la transparencia y la disciplina fiscal, y a aprovechar debidamente los ingresos derivados de la posible explotación de gas y petróleo, indica un nuevo informe del Fondo Monetario Internacional (FMI). El país está entrando en una nueva etapa de desarrollo y se perfila como uno de los mercados emergentes denominados "de frontera". La situación le plantea nuevas prioridades, y el FMI lo está ayudando a encarar estos rápidos cambios.
El progreso económico de Ghana durante los últimos años ha sido impresionante, y se caracteriza por un crecimiento fuerte y sostenido, pese a lo cual los indicadores fiscales empeoraron sustancialmente. El déficit fiscal —incluidas donaciones equivalentes a aproximadamente un 5% del PIB— casi llegó a rozar el 10% del PIB en 2007, y para este año se proyecta un nuevo aumento. La deuda pública también va nuevamente en alza, pese a la reciente cancelación que redujo la carga de la deuda del 77% del PIB en 2005 a menos del 40% del PIB a mediados de 2006.
El FMI advierte que el descontrol del gasto público —debido en particular a subsidios a la empresa estatal de electricidad y a un gasto salarial en rápido ascenso— es la principal razón del deterioro fiscal. Nuevos acontecimientos Asimismo, existe la probabilidad de que en los próximos años la inestabilidad fiscal se agudice debido a dos hechos clave. Primero, las autoridades pusieron en marcha una estrategia de descentralización fiscal que transferirá numerosas funciones del gobierno central a los gobiernos locales en terrenos críticos como la enseñanza y la atención de la salud, y que ampliará sustancialmente su capacidad de endeudamiento.
Segundo, si se confirma la viabilidad comercial de algunos yacimientos de gas y petróleo, los ingresos que generen pasarían del 3% del PIB no petrolero a partir de 2011 a alrededor del 5% a partir de 2013. Pero esos recursos exigirán una gestión prudente para hacer realidad su potencial económico y garantizar el buen uso de la renta que produzcan.
Desde el vencimiento del último programa en 2006, la organización mantiene un diálogo estrecho con las autoridades, a través de misiones de supervisión bilateral dirigidas por especialistas en el país y de misiones de asistencia técnica integradas por expertos en distintas disciplinas. Hace poco, el personal especializado en mercados monetarios y de capital organizó una misión para ayudar a las autoridades a afinar la estrategia de gestión de la deuda. Los expertos en estadísticas llevaron a cabo varias misiones para cooperar en la mejora de los datos económicos y financieros.
Por su parte, los técnicos de finanzas públicas se ocuparon de diversos temas conexos en colaboración con expertos residentes. Actualmente, las autoridades están elaborando un marco que permitiría anclar mejor la política económica —especialmente en el plano monetario y fiscal— gracias a un régimen de metas de inflación y una ley de responsabilidad fiscal. Partiendo de los análisis realizados por los especialistas en el país, los expertos fiscales del FMI están asesorando al gobierno sobre las medidas que correspondería adoptar para atender las nuevas prioridades fiscales, así como también las ya existentes.
El ministro de Hacienda ghanés, Kwadwo Baah-Wiredu anunció en el presupuesto de 2008 que el gobierno promulgaría una ley de responsabilidad fiscal, inspirándose en la experiencia de otros países. De esa manera busca abrir el marco fiscal a mediano plazo al examen público (por ejemplo, mediante la publicación de un informe anual sobre la estrategia fiscal); dar a conocer datos fiscales exhaustivos sobre el gobierno central y los gobiernos locales, los órganos descentralizados y las empresas estatales; fortalecer los mecanismos de información y supervisión financiera, e instituir un régimen de seguridad para resolver los casos de malversación de fondos
públicos.Es posible que la ley contenga una regla fiscal numérica expresada como un tope de endeudamiento; en las circunstancias imperantes, quizá sea prudente fijarlo en 45% del PIB. Sin esa ancla fiscal, es probable que la deuda suba muy por encima de los niveles recomendables. Como muestra el gráfico 2, la regla podría estipular que el saldo primario se incremente como mínimo 1%–2% del PIB siempre que la deuda supere el tope. El saldo primario constituye un buen parámetro porque excluye los pagos en concepto de intereses, que no están del todo bajo control del gobierno.
El gobierno de Ghana puso en marcha un amplio examen de las cuestiones de política económica vinculadas al desarrollo del sector del gas y del petróleo, entre ellas, su régimen fiscal. Una opción es crear un fondo de ingresos gasíferos y petrolíferos que podría contribuir sustancialmente a financiar el déficit no petrolero, ahorrar recursos para futuras generaciones y mantener la estabilidad macroeconómica.
Siguiendo las buenas prácticas internacionales, el fondo debería estar constituido en una cuenta separada fiscalizada por el Tesoro; debería haber reglas claras para transferir el ingreso petrolero a esa cuenta y para hacer transferencias al presupuesto a fin de financiar el déficit no petrolero; el fondo debería estar regulado por una estrategia de inversión supervisada por un comité de profesionales, y deberían existir mecanismos para la divulgación regular de información y auditorías independientes de la administración y utilización de estos ingresos.
También se está llevando a cabo un examen del régimen fiscal de los recursos de oro, que a pesar de los caudalosos ingresos por exportación producen una pequeña renta para el gobierno, gracias a la generosa amortización tributaria y a otras ventajas impositivas de las que gozan los productores de dicho metal.
Desde hace años, Ghana viene reformando activamente la administración de las finanzas públicas, pero aun así persisten deficiencias en ámbitos fundamentales como el marco de gastos a mediano plazo, la infraestructura informática —que continúa en la fase piloto ocho años después de su inauguración— y el sistema integrado de gestión de personal y nómina.
Será indispensable despejar a tiempo estas dificultades para que la ley de responsabilidad fiscal y el proceso de saneamiento de las cuentas públicas tengan éxito. Los expertos del FMI recomiendan otorgar prioridad a los sistemas de gestión dentro del plan de acción a mediano plazo para la reforma. Habida cuenta de que para muchos países la administración de las finanzas públicas y la gestión de los recursos naturales son puntales críticos de una buena gestión de gobierno y de un uso eficaz y eficiente de los recursos internos y de la ayuda externa, el FMI está explorando la posibilidad de establecer fondos fiduciarios en cada una de estas esferas, con la participación de múltiples donantes, para conseguir respaldo a favor de la asistencia técnica que les brinda a Ghana y a otros países.