El Correo, 13 de Julio- Todas las sospechas recaen sobre Al-Qaida o uno de sus numerosos brazos armados que siembran el terror en cualquier parte del mundo. Su objetivo en esta ocasión fueron inocentes que veían por televisión la final del Mundial de fútbol en la capital de Uganda. La cifra de víctimas no es definitiva pero por ahora supera las setenta. Los cuerpos ensangrentados componían una escena trágica en el club de rugby y un restaurante de comida etíope donde los terroristas hicieron estallar sus cargas mortales.
Apenas unas horas después, Al-Shabab, grupúsculo de la red creada por Osama bin Laden, se felicitó por los atentados, aunque no asumió su responsabilidad. «No hablaré de quién es responsable, pero puedo decir que estoy caminando en las nubes de alegría y que el próximo punto sangriento será Buyumbura (la capital de Burundi)», manifestó por teléfono a diversas agencias uno de los máximos líderes militares de Al-Shabab, Sheikh Yusuf Hagi Essa Ahmed, conocido también con el alias de ‘Kabakudukade’.
Poco importan las siglas de los asesinos. Pero sí se sabe que Al-Qaida ha enviado a Somalia cientos de combatientes extranjeros en ayuda de Al-Shabab, que pretende también extenderse por otros países del este de África y crear un estado musulmán radical de corte wahabí. Uganda y Burundi son los únicos países que aportan tropas a la Misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom) en apoyo del Gobierno Federal de Transición (FTG) somalí, que cuenta con el respaldo de la comunidad internacional y al que Al Shabab intenta derrocar.
Apoyo de simpatizantes
«El pueblo somalí está llorando (debido a la guerra) y los ugandeses y burundeses también deben llorar», añadió ‘Kabakudukade’ antes de cortar la comunicación. Otros miembros y simpatizantes de Al-Shabab participaron, por su parte, en un diálogo por Internet propuesto por otro de los líderes del grupo terrorista, Sheikh Hassan, quien reiteró los comentarios de su colega.
«Congratulaciones, estoy muy feliz de que los cuerpos de los infieles estén desparramados en Kampala; ése es el fruto de las semillas que las fuerzas ugandesas han sembrado en Mogadiscio», apuntó Hassan, quien recalcó que «no estoy adjudicándonos responsabilidad, hermanos y hermanas, pero sí que sus pérdidas (de Uganda) son nuestra ganancia».
La semana pasada, otro dirigente de Al-Shabab, Sheikh Mukhtar Abu Zubeyr, advirtió de que Uganda y Burundi debían retirar sus tropas de Somalia. «Deben saber que pagarán el precio de lo que sus líderes están haciendo en territorio somalí; sus comandantes están matando a nuestra gente y ustedes serán el blanco de nuestra venganza», dijo Zubeyr en un comunicado de prensa.
La Interpol ofreció ayer su «total apoyo» a las autoridades ugandesas para investigar los atentados. Son ataques «despreciables y cobardes», señalaba el comunicado difundido por la organización policial, que tiene su sede en la ciudad francesa de Lyon.
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