Ladrillos, basura, agricultura, minas, servicio doméstico… Trabajos que no dejan tener una infancia

Pyalo tiene 7 años y es una niña “Bonne” de Togo. Como Pyalo hay cientos de miles de niñas que son vendidas a familias ricas como esclavas domésticas. “En Togo, y en muchos otros países del África Occidental, es normal que las familias de las zonas rurales vendan a sus hijas por unos pocos francos. Tener una niña “Bonne” es una muestra de estatus y está socialmente aceptado”, explica Patricia Rodríguez, del departamento de Proyectos de Misiones Salesianas y conocedora de la realidad de esta región de África.

 

Más de 215 millones de niños en el mundo se ven obligados a trabajar para poder subsistir, según la Organización Mundial del Trabajo. Trabajos que les impide un desarrollo normal físico y psicológico. Es el caso de Kofi, de 9 años, que cada día va a trabajar al mercado de Oando de Porto Novo (Benín), como porteador, y que no puede ir a la escuela. Lo mismo le ocurre a kilómetros de distancia a Bala. Ella tiene ocho años y trabaja todo el día haciendo ladrillos en Passor (India). Todos los días hace 250 ladrillos con sus manos y le pagan menos de un céntimo por cada pieza.

 

Ladrillos, industrias textiles, agricultura, trabajo en minas, basureros, en el servicio doméstico… Trabajos que no les dejan ir al colegio y tener una infancia. Misiones Salesianas señala que se oponen a que los niños y niñas realicen pequeñas tareas domésticas o actividades que apoyen la economía familiar. Sin embargo, sí se declaran en contra del trabajo infantil y sus peores formas de explotación.

 

Para ello, desde esta asociación cuentan con programas y espacios donde los niños trabajadores pueden acudir para dar clases de alfabetización, cursos de formación… Lugares donde puedan sentirse acogidos y protegidos. Es el ejemplo de los centros cercanos a los “campos de ladrillos” en la India o la Escuela Acelerada para Niños Trabajadores de Porto Novo o los Foyer, centros de acogida, en la región del África Occidental. Así, cientos de miles de niños y niñas tienen la oportunidad de recibir educación, atención sanitaria, alimentación y tener un futuro esperanzador.

 

Vía | El Imparcial

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