Los ministros del Interior de Italia y Francia han decidido hoy que los dos países harán patrullas militares conjuntas frente a las costas de Túnez para evitar la salida de más inmigrantes. Tras varios días de choques y tensión diplomática sobre el destino de los casi 23.000 tunecinos llegados a Italia, Roberto Maroni y Claude Guéant se han reunido hoy en Milán y solo se han puesto de acuerdo en una solución militar que trata de presionar a la Unión Europea para que "luche de forma coordinada contra la inmigración clandestina".
Los dos ministros de centro derecha han sido incapaces, en cambio, de acordar una interpretación común del Tratado de Schengen. Francia ha insistido en que los desplazados de las revueltas tunecinas a los que Italia ha concedido permisos de residencia temporal por razones humanitarias solo podrán entrar en Francia si tienen además sus documentos en regla y demuestran poseer recursos financieros. "Los permisos temporales del Gobierno italiano", ha precisado Guéant al acabar el encuentro con Maroni, "abren la posibilidad a la libre circulación según el artículo 5 de Schengen, que prevé la posesión de dinero y documentos". Según Francia, cada país europeo es soberano para decidir qué condiciones fija.
Ayer noche, en televisión, Maroni llegó a afirmar que Francia debería "suspender el Tratado o salir de Schengen" si no aceptaba a los tunecinos acogidos por Italia, y explicó además que "poner los soldados en la frontera como en el Risk" (un juego de mesa) es la cosa más equivocada" que Francia podía hacer. Por su parte, el Gobierno francés ha dejado claro .que no aceptará llegadas masivas de "inmigrantes económicos".
Tras la cumbre bilateral, que se repetirá el día 26 al máximo nivel con la presencia de Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi, el clima entre ambos países parece haber mejorado un poco, pero ninguno parece dispuesto a dar su brazo a torcer temiendo los efectos electorales que una actitud "buenista" les puede deparar. Las bases de la Liga del Norte han tronado contra la línea "suave" adoptada por Maroni tras provocar con la inacción de las primeras semanas la emergencia de Lampedusa, y muchos militantes están protestando en las webs padanas, afirmando que Berlusconi les ha traicionado.
Mientras tanto, a dos millas de la isla siciliana de Pantelería, 53 tunecinos han sido obligados a tirarse al mar por los tres traficantes de personas que les llevaban hasta Italia. Los inmigrantes han sido rescatados y los pilotos de la nave, detenidos.