La aviación de Gadafi bombardea un arsenal de armas y una terminal petrolífera

Ola de cambio en el mundo árabe – Revuelta popular en Libia
Las fuerzas del dictador continúan, por tercer día consecutivo, su ofensiva en el este

 

Las ciudades de Brega y Ajdabiya, en el vértice del golfo de Sirte, son el frente de combate en el que Gadafi intenta por todos los medios, sin éxito hasta la fecha, impedir el avance de los rebeldes libios. Este viernes, por tercer día consecutivo, la aviación ha reanudado a primera hora los bombardeos de posiciones rebeldes en ambas ciudades. El objetivo esta vez ha sido una base militar de Ajdabiya, 80 kilómetros al oeste de Brega, que guarda un importante arsenal de armas. Según el relato ofrecido por los rebeldes a Reuters, las bombas cayeron cerca pero no llegaron a dañar la instalación. "Escuchamos el avión sobrevolando, después llegó la explosión y la tierra tembló", ha explicado Hassan Faraj, que trabaja en la base atacada. Otro voluntario, Aziz Saleh, ha añadido que el avión lanzó dos cohetes que cayeron muy cerca del acceso a la base.

 

Las bombas también han vuelto a caer esta mañana en Brega. Según el canal Al Arabiya, los aviones del dictador han dirigido sus misiles contra las instalaciones petroleras de la ciudad, a unos 200 kilómetros al oeste de Bengasi, y cuyo control es clave para el suministro eléctrico del este del país, además de ser la principal ruta de acceso a Bengasi, la capital de los sublevados.

 

La aviación se empleó ayer con dureza contra el aeropuerto de Brega y posiciones de los sublevados en Adjabiya . Pero los mercenarios del dictador tuvieron que retroceder hasta Ras Lanuf, sede de otra importante terminal petrolera donde los mercenarios de Gadafi todavía son fuertes.

 

Brega repelió el miércoles el ataque que lanzaron los esbirros africanos y asiáticos de Gadafi, y unos kilómetros más al oeste, Al Ugayla es también tierra rebelde, según afirmaban vecinos de esta ciudad. Palmo a palmo, los sublevados se aproximan a la todavía lejana Sirte, cuna del tirano y el gran baluarte en su poder aparte de Trípoli. Pero a medio camino entre los 350 kilómetros que median entre Brega y Sirte todavía tendrán que conquistar Ras Lanuf. Y costará un mundo derrotar a los mercenarios en Sirte, salvo que se produzca una deserción entre los organismos paramilitares de Gadafi, bien adiestrados y pertrechados por el autócrata durante años. No hay noticias, sin embargo, de fisuras en los Comités Revolucionarios, compuestos por unos 20.000 hombres; ni tampoco en la Brigada 32, dirigida por Jamis al Gadafi y que protege a su padre en su residencia tripolitana de Bab Aziziya; ni se sabe de escisiones en los servicios de espionaje militar.

 

Lo que sí se puede conocer con cierta exactitud es que a Gadafi, sin control ya sobre la mayoría de las 13 bases aéreas de Libia, ha provocado los mayores daños y destrozos desde el aire. Este es la razón por la que el Consejo Nacional, una suerte de Gobierno de transición, pidió anteayer a la comunidad internacional que establezca una zona de exclusión aérea sobre el país. La aviación libia llegó a tener casi 200 aviones de combate, principalmente de fabricación rusa. "Ahora solo dispone de entre 20 y 25 cazabombarderos", aseguró a este diario el coronel de la aviación Jamal Mansur Zuayeh, convertido en un rebelde más.

 

Parece imposible frenar el ímpetu de miles de jóvenes, y hombres de edades más avanzadas, que arden en deseos de engrosar las filas de los rebeldes para luchar en una primera línea que se mueve muy despacio, entre otros motivos por la pésima preparación, si es que han tenido alguna, de los novatos combatientes. Algunos han sufrido en los últimos días heridas, a veces muy graves, mientras manejaban armamento. Los mandos que organizan el nuevo Ejército tratan de hacer acopio de las armas que poseen infinidad de ciudadanos en sus casas después del asalto a varios arsenales y rechazan entregarlas a quienes las requieren para sumarse a la lucha. Pese a ello no resulta excesivamente difícil conseguirlas, aunque frecuentemente se trata de viejos fusiles. Ayer se distribuían en Bengasi panfletos de un grupo llamado Unión de Jóvenes de Libia que han convocado para hoy una marcha de vehículos hacia Sirte.

 

El Consejo Nacional, que ayer anunció que solo está dispuesto a negociar con Gadafi su salida inmediata del poder, es muy reacio a estas iniciativas. Prefieren aguardar a que los militares entrenen a las nuevas tropas. "Avanzaremos hacia el oeste si Gadafi rechaza abandonar el poder", advirtió el miércoles Abdelhafiz Ghoga, portavoz del Consejo, sin fijar plazos. "Primero hay que liberar Trípoli", coincidió Mustafá Gheriani, otro de sus voceros.

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