Gadafi continúa en Trípoli

  • El Correo

Revueltas en el mundo árabe

Gadafi asegura que está en Trípoli

  • La televisión estatal muestra 30 segundos de imágenes del líder, en las que desmiente las informaciones de "las emisoras de los perros"
  • El mandatario se aferra al poder y ordena unos bombardeos que han causado al menos 250 muertos en Trípoli
  • El hijo de Gadafi crea una comisión de investigación sobre la situación que vive el país desde el pasado martes y niega que se hayan lanzado bombas sobre la población
  • Un grupo de oficiales del Ejército piden en un comunicado dirigido a los soldados que "se sumen al pueblo" y contribuyan a la marcha del dirigente

La televisión estatal libia ha mostrado esta noche cerca de 30 segundos de imágenes del líder libio, Muamar Gadafi, que ha afirmado que está en Trípoli "y no en Venezuela, contrariamente a lo que afirman las emisoras de los perros". En las imágenes, Gadafi aparece bajo un paraguas dentro de un coche desvencijado en las ruinas de una de sus casas en Trípoli bombardeada por Estados Unidos en 1986 y convertida ahora en una especie de museo que el régimen denomina ‘Casa de la Resistencia’.

"Yo circulé hoy por la plaza Verde (en el centro de Trípoli), yo estoy aquí y no en Venezuela, contrariamente a lo que afirman las emisoras de los perros", manifiesta el líder libio a un periodista que parece entrevistarle en las fugaces imágenes difundidas por la televisión estatal.
Poco antes, el canal de televisión oficial había anunciado que transmitiría un discurso de Gadafi "en directo", lo que "desmiente todos los rumores". Sin embargo, el anunciado discurso se ha reducido a esas fugaces imágenes del dictador libio sentado en un coche desvencijado y cubierto por un gran paraguas. En la residencia destruida por los bombardeos de la aviación estadounidense en 1986 murió uno de los hijos de Gadafi y desde entonces el ‘guía’ ha convertido sus ruinas en una suerte de museo que suele mostrar a los jefes de Estado extranjeros que visitan Trípoli. La televisión estatal ha exhibido las imágenes del gobernante libio solo en un par de ocasiones, mientras que mantiene continuamente un rótulo en pantalla que afirma que Gadafi "desmiente todos los rumores".
La aparición de Gadafi se produce después de que el ministro de Exteriores británico, Willam Hague, sugiriese que el líder líbio habría abandonado ya el país rumbo a Venezuela. "No tengo información que diga que está allí, pero he visto alguna información que sugiere que está de camino en este momento", declaró Hague al término de la reunión de ministros de Exteriores de los Veintisiete en Bruselas. Una información que se apresuraron a desmentir Caracas y Trípoli.
Mientras tanto, la situación en la capital de Libia es de máxima tensión. Los cadáveres se amontonan en las calles mientras continúan los disparos en las calles de Trípoli después de que la aviación libia, fiel a Muamar Gadafi, haya disparado contra los manifestantes que reclamaban la caída del régimen, según ha informado la cadena de televisión qatarí Al Jazeera. El canal, que cita a habitantes de la ciudad, no precisa las zonas exactas ni los barrios que han sido bombardeados, aunque sí indica que los bombardeos han sido "intensos".
La misma fuente señala que, además, la capital está "sitiada" por hombres armados que circulan en vehículos y abren fuego sobre civiles. Sin embargo, Seif el Islam, hijo del líder libio, ha sostenido que los aviones de las fuerzas armadas del país han bombardeado depósitos de armas situados lejos de las zonas urbanas y ha negado que hayan lanzado bombas sobre la población. "No hay verdad en la información sobre un ataque de las fuerzas armadas contra Trípoli y Benghazi", ha asegurado, según la agencia oficial de noticias Jana.
 

Cada vez más acorralado
Al Jazeera apuntó que el bombardeo ocurrió poco tiempo después de que todas las comunicaciones telefónicas fuesen sido cortadas súbitamente. La cadena afirma también que dos pilotos se han negado a lanzar sus bombas sobre los manifestantes de Trípoli y han preferido huir y aterrizar en un aeropuerto de Malta. La misma cadena asegura que un grupo de oficiales del Ejército libio han urgido en un comunicado dirigido a los soldados que "se sumen al pueblo" y contribuyan a la marcha del mandatario. Esos oficiales han pedido al resto de efectivos militares que marchen hacia la capital del país, Trípoli, para añadir presión sobre Gadafi.
El bombardeo sobre Trípoli tenía lugar menos de una hora después de la difusión por la televisión de Estado libia de un mensaje con el rótulo de "urgente" que parecía emanar del comando de las Fuerzas Armadas. Ese mensaje anunciaba el principio de una operación contra los lugares donde se encuentran "los autores de actos de destrucción y sabotaje". El mismo mensaje apelaba a la población a mantenerse vigilante ante las "bandas organizadas" y a colaborar con las fuerzas del orden en todo el país. La televisión estatal indicó que esta operación ha causado "varios muertos", pero no dio más detalles. Los ataques aéreos perpetrados por aviones militares libios también se han producido en otras ciudades como Misratah y Az Zawaziya, según han informado testigos a Al Jazeera.
Seif El Islam ha creado, según la televisión estatal, una comisión de investigación sobre la situación que vive el país desde el pasado martes. Esta comisión estará presidida por un juez libio y tendrá entre sus miembros a representantes de organizaciones de defensa de derechos humanos locales y extranjeras. Su misión será determinar "las circunstancias y las razones" de la pérdida de vidas humanas "durante los tristes acontecimientos en curso", según Libya TV.
A pesar de lo contradictorio de algunas informaciones, lo que está claro es que Gadafi se encuentra cada vez más acorralado y menos respaldado por su propio Gabinete. El ministro libio de Justicia, Mustafa Abdeljalil, ha dimitido en protesta por la "sangrienta situación" de su país mientras que el ministro de Estado libio encargado de Emigracion y de la Comunidad Extranjera, Ali Errichi ha pedido formalmente al líder libio que abandone el poder. La situación ha empeorado aún más para el dictador libio después de que una coalición de líderes musulmanes haya hecho un llamamiento a todos los creyentes a rebelarse contra el régimen por sus "sangrientos crímenes contra la Humanidad".
 

Violencia en Yemen, Marruecos, Bahréin y Argelia
Las protestas siguen salpicando a otros países del norte de África. En Marruecos, tras los cinco muertos carbonizados que se produjeron en una sucursal bancaria en Alhucemas atacada por manifestantes durante las protestas, ayer se informó de al menos cinco heridos en una carga policial en Rabat. Agentes antidisturbios de las fuerzas de seguridad marroquíes impidieron por la fuerza la celebración de una concentración en favor de una "constitución democrática" en esa ciudad. La presidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, Jadiya Riyadi, tuvo que ser trasladada en ambulancia a un hospital por los traumatismos sufridos tras recibir numerosos golpes de las fuerzas de seguridad.
En Yemen, el presidente, Ali Abdalá Saleh, ha insistido en que un cambio de régimen es inaceptable y ha invitado a la oposición a sumarse a un gobierno de unidad nacional. "¿Qué quieren los manifestantes? Si quieren cambiar el régimen como en Egipto y Túnez eso es inaceptable, pero si quieren pueden hacerlo a través de las urnas", dijo en una rueda de prensa Saleh, en el poder desde la unificación del norte y el sur del Yemen, en 1990.
Por su parte, Túnez, un poco más calmado, ha solicitado oficialmente a Arabia Saudí la extradición de Leila Trabelsi, esposa del presidente depuesto, Zine el Abidine Ben Alí, según informó una fuente del Ministerio de Exteriores a la agencia oficial tunecina TAP. El Gobierno de transición tunecino había pedido ya el domingo a Arabia Saudí la extradición de Ben Alí, implicado, según TAP, en "numerosos y graves crímenes" y en haber incitado a los tunecinos "a matarse entre ellos".
Algo parecido ha ocurrido también en Egipto, donde la Fiscalía General ha solicitado al Ministerio de Asuntos Exteriores la congelación de las cuentas que tiene fuera del país el expresidente Mubarak. El fiscal general, Abdelmeguid Mahmud, ha pedido también la congelación de las cuentas de la esposa de Mubarak, Suzanne, y de sus dos hijos, Alaa y Gamal, así como de sus esposas.
En cuanto a Bahrein, un manifestante murió ayer en un hospital en Manama a consecuencia de las heridas causadas por los disparos efectuados el viernes por el Ejército cerca de la plaza Lulu, en el centro de la capital. El presidente de la Asociación de la Juventud Bahreiní para los Derechos Humanos, Mohamed al Maskati, precisó que el hombre, de 32 años, falleció en el centro hospitalario de Al Salmaniya, el principal de Manama. Desde el comienzo de las protestas contra el régimen bahreiní, el pasado 14 de febrero, al menos siete personas han muerto.
Las principales petroleras que operan en Libia, como BP, Statoil, Eni, Total o Repsol, han comenzado a evacuar a sus trabajadores expatriados ante la creciente tensión en el país norteafricano. Todas estas tensiones provocaron ayer que el barril de Brent cerrara al alza en el mercado de futuros de Londres, con una subida del 3,14%, hasta los 105,74 dólares, a raíz de las tensiones políticas en Libia.
 

  • El País

Gadafi: "Estoy en Trípoli, no en Venezuela"
El general comparece unos segundos en televisión para negar los rumores sobre su exilio. – El Ejército emplea artillería pesada contra los manifestantes horas después de que el ministro de Justicia anuncie su dimisión por el "uso excesivo de la fuerza". – El régimen pierde el control del este del país. -Deserciones de políticos y jefes del Ejército
EL PAÍS / IGNACIO CEMBRERO

"Estoy en Trípoli, no en Venezuela como afirman esas emisoras televisivas de perros". Muamar el Gadafi es, entre otras cosas, famoso por su afición a los discursos, pero parece que en esta ocasión no le ha apetecido mucho explayarse. Ataviado con un paraguas y desde el interior de un coche, el general libio hizo anoche su primera aparición pública desde que estallaron las revueltas, que la televisión Al Yazira calcula que han dejado unas 250 víctimas en el país. No ha huído del país, intentaba dejar claro. "Quería decirle algo a los jóvenes que están en la plaza Verde [en Trípoli] y quedarme con ellos hasta tarde", continuó, "pero empezó a llover. Eso es algo bueno, gracias a Dios". Y con esas pocas palabras cerró el discurso. Menos de medio minuto retransmitido por la televisión pública que, en opinión de Gadafi, ha debido de servir para responder a todas las peticiones internacionales de que detenga la ola de violencia lanzado contra los manifestantes. Con una de las intervenciones públicas más lisérgicas que se recuerdan, el general abofeteó todas las expectativas que había generado en los libios la publicitada aparición.

Muamar el Gadafi
A FONDO
Nacimiento: 1942
Lugar: Sirte
 

Seis días después de que se iniciaran las protestas, el régimen se tambalea. Pero las que pueden ser las últimas horas del líder más antiguo de un país africano -lleva casi 42 años en el poder- se están desarrollando en medio de un baño de sangre. Durante todo el día de ayer se cumplieron las peores amenazas pronunciadas por el régimen libio contra los manifestantes. Todas las informaciones procedentes de Trípoli apuntan que desde helicópteros y también aviones militares se está ametrallando e incluso lanzando bombas a los manifestantes, a los que además se reprime en las calles con carros de combate. Primero les tocó el turno a los distritos de Tajura y Fashlum y, al caer la noche, al barrio residencial de República. Las cifras de muertos, ninguna de ellas confirmada, se disparan.
La información relativa a los bombardeos aéreos fue desmentida por Saif el Islam, hijo del coronel Gadafi, en declaraciones a la agencia oficial Jana transmitidas luego por la televisión nacional en un mensaje sobreimpreso en pantalla. "Las Fuerzas Armadas han bombardeado depósitos de armas situados en zonas alejadas de concentraciones urbanas", afirmó Saif el Islam, quien desmintió "informaciones según las cuales las Fuerzas Armadas han bombardeado las ciudades de Trípoli y Bengasi".
La comunidad internacional, con Naciones Unidas al frente, ha pedido el cese de la violencia y varias empresas y países (EE UU, entre otros) han anunciado la evacuación del personal no esencial. La ONU ha anunciado que el Consejo de Seguridad se reunirá a puesrta cerrada hoy para debatir el asunto. El Ministerio de Exteriores español urge a abandonar el país y desaconseja todo viaje a la república árabe.
 

Disidencias en el régimen
Mientras, un grupo de oficiales del Ejército libio han urgido en un comunicado a los soldados que "se sumen al pueblo" y contribuyan a la marcha de Gadafi, informó anoche Al Yazira. La televisión señaló además que los militares han pedido a las tropas que marchen hacia Trípoli para incrementar la presión sobre el dictador, informa Reuters.
Los datos fragmentarios sobre lo que es probablemente una gran matanza de civiles llegan a través de los testimonios que recogen las televisiones árabes, sobre todo Al Yazira; de las ONG de derechos humanos y también, sin pulir, a través de Internet, que, curiosamente, volvió a funcionar en parte del país, así como los teléfonos móviles. Sea cual sea la cifra final, parece ya evidente que será en el país menos poblado del norte de África (6,3 millones de habitantes) donde más habrá corrido la sangre.
"Lo que estamos presenciando hoy es inimaginable. Aviones y helicópteros militares están bombardeando un barrio tras otro", aseguraba por teléfono a Reuters Adel Mohamed Saleh, un hombre que se declara activista anti-Gadafi. Según Saleh, los bombardeos se han estado sucediendo "cada 20 minutos" produciendo "muchísimos muertos". Según testigos del grupo Feb17voices, un colectivo que está haciendo llamadas a ciudadanos libios y colgando los audios en la Red para dar testimonio de lo que está pasando, el caos se extiende por la capital.
Trípoli, donde la Fuerza Aérea intentaba aplastar la rebelión civil, ha sido prácticamente la última aglomeración urbana alcanzada por la oleada de protestas, que arrancó el martes pasado en Bengasi, la segunda ciudad del país (un millón de habitantes), y se propagó de este a oeste. La Federación Internacional de Derechos Humanos proporcionó incluso una lista de las ciudades liberadas por los manifestantes, que encabeza Bengasi seguida por Musratha, Tobruk y Sirte.
 

En paradero desconocido
Cuando Saif el Islam, el hijo designado por Gadafi para sucederle, pronunciaba, el domingo por la noche, un discurso por televisión, se produjeron en Trípoli los primeros enfrentamientos serios. La intervención de Saif el Islam, en la que advirtió del peligro de una guerra civil, tuvo un efecto contraproducente. No amedrentó a los manifestantes, sino todo lo contrario. Los choques se generalizaron ayer en la capital, en la que fueron quemados al menos dos edificios públicos, entre ellos la sede de la televisión y varias comisarias y locales oficiales y de los comités revolucionarios del régimen.
Gadafi estuvo todo el día en paradero desconocido hasta que llegó el momento del discurso televisivo. Su hijo Saif, que no desempeña ningún cargo, parece haber cogido las riendas. Ayer volvió a hablar en televisión y se mostró algo más flexible. Prometió abrir "una investigación" sobre el uso de la violencia, que será presidida por un juez libio.
Si Gadafi sigue aún en el país, como pretendió transmitir con su mensaje, otros se van o renuncian a servirle. Es el caso de dos pilotos de la Fuerza Aérea que llegaron a la vecina isla de Malta y pidieron asilo. Es también el caso del ministro de Justicia, Mustafá Abdelijali, que dimitió para protestar por el "uso desproporcionado de la violencia" contra los manifestantes. Y de una retahíla de diplomáticos que dimiten en cascada, como el embajador adjunto de Libia ante la ONU y su equipo, lo que demuestra la descomposición del régimen.
El Ejército egipcio anunció que abría la frontera común sin restricciones, así como la instalación de dos hospitales de campaña para acoger a los heridos. Los hospitales tunecinos más cercanos a la frontera recibieron refuerzos para atender a las posibles víctimas que les lleguen.

 

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