La Vanguardia, 21 de Octubre- El edificio más alto de Maputo, capital de Mozambique, es una radiografía de la realidad del país. Hasta el último piso llega el bullicio de la ciudad, motor de una economía que ha crecido un 9% anual en la última década. La macroeconomía aplaude a Mozambique, que deja atrás la guerra civil que malhirió a su población entre 1972 y 1992. Desde tan arriba también se ven las costuras. Pese al crecimiento sostenido, el 75% de su población aún vive con menos de un dólar al día. El presidente de Mozambique, Armando Guebuza, que ayer inauguró el foro de debate sobre salud Tribuna ISGlobal en CosmoCaixa, aseguró que luchar contra la pobreza es su principal desafío. Y en uno de los países con más igualdad de sexos del mundo, la mujer será una pieza clave para lograrlo.
En el 2009, Frelimo ganó las elecciones con el 75% de los votos. ¿Al crecimiento económico le acompañará una estabilidad política definitiva?
La evolución de la sociedad no es estática, no se puede decir algo definitivo, pero somos un país multipartidista, con un gobierno fuerte y estable como muestra la gran victoria que obtuvimos. El país va por el buen camino.
En septiembre, la protesta de los barrios pobres por el alza de los precios de los alimentos quebró la calma y provocó 10 muertos y 400 heridos.
La causa principal tuvo que ver con los movimientos económicos globales (arroz y pan subieron un 30%). Las personas no entienden los fenómenos económicos mundiales, no tienen esperanza de que las cosas cambien y no ven otra forma de expresarse. Pero la violencia y el vandalismo no son propios de los mozambiqueños.
Usted dice que ganará la lucha contra la pobreza ¿Cuánto cree que tardará en lograrlo?
Los periodistas siempre quieren saber cuándo ocurrirán las cosas y no podemos saberlo. Yo también quiero saber cuándo. Las cosas necesitan su tiempo.
¿Se puede ser optimista?
Yo creo que sí. Hace 30 años, mi país tenía 10 escuelas secundarias y hoy tiene más de 100. Antes no había coches ni bicicletas y ahora la gente pide que arreglen la carretera para que pueda pasar su coche. Ha habido una evolución muy grande, pero la pobreza aún es nuestro gran desafío.
Mozambique es el segundo receptor de las ayudas al África Subsahariana del Gobierno español. ¿Qué papel juega España en el futuro de su país?
España es un país que tiene una gran ventaja: dialoga. Saben lo que nos ocurre y preocupa. El Centro de Investigación de Manhiça –dirigido por el doctor Pedro Alonso– es un ejemplo. No sólo es un centro puntero contra la malaria que nace con el apoyo de España, ahora se ha creado una fundación mozambiqueña que cada año acoge a médicos de todo el mundo. Esa manera de colaborar es fundamental. España ocupa un lugar muy importante.
Según el World Economic Forum, la igualdad de géneros en el país es superior a la de Francia, Portugal o Chile. ¿El futuro del país pasa por ellas?
Vengo del movimiento de liberación nacional del país y en aquella época la mujer tenía un papel marginal en la sociedad. Nuestras reivindicaciones abrieron la puerta a que tuviera un papel importante. Aquello nos enseñó que no se puede hacer avanzar ningún proyecto sin contar con más de la mitad de la población. La mujer es igual al hombre; o incluso más. La mujer resuelve conflictos continuamente en su vida diaria: cuando los niños se pelean, para mantener la harmonía en casa, para que no falten alimentos… esa experiencia al nivel más alto es una ventaja enorme.
Ellen Johnson, primera presidenta de África, fue pionera en Liberia, ¿Habrá pronto una mujer al frente de Mozambique?
No me gusta hablar de años. Pero lo fundamental en la dirección de un país es el programa y la capacidad del presidente para desarrollarlo, sea hombre o mujer.