Con lo que yo he aprendido aquí voy a poder salvar vidas

Canal Solidario, 23 de Julio- “Con lo que yo he aprendido aquí voy a poder salvar vidas”. Es una de las principales conclusiones de las enfermeras que han participado en curso sobre cuidados del niño crítico que se ha desarrollado en la ciudad de Bata. Es una de las actuaciones previstas en el proyecto para mejorar la calidad de la atención de enfermería infantil y materna en los hospitales de Guinea Ecuatorial, que la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería, Fuden, está llevando a cabo en colaboración con la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha.

“El paso a la vida extra uterina es uno de los momentos más críticos que hay en la vida de cualquier persona. Hay que adaptarse al medio externo. Este proceso se puede llevar a cabo de forma sencilla o se puede complicar y entonces nos encontramos en una situación grave”, explica Javier Morillo Rodríguez, profesor de Enfermería Medico-Quirúrgica, Urgencias y Emergencias de la Universidad Rey Juan Carlos, quien ha impartido el curso junto con Antonio Pérez Alonso, enfermero del SUMMA 112 y profesor de postgrado de la Universidad Complutense de Madrid. Por ello, los contenidos de las sesiones, en las que han participado 110 enfermeras de los hospitales de Bata y del Instituto de la Seguridad Social de Guinea (INSESO), han ido dirigidos a que puedan responder a todas las situaciones críticas que pueden aparecer desde las etapas vitales pediátricas del niño hasta su adolescencia.

Así, el curso ha girado en torno al tratamiento integral al niño crítico. “Lo que tratamos de inculcar desde el principio es que el concepto de enfermedad de que viene dada y que igual que viene se tiene que ir no es así, sino que hay que intervenir y que nosotros podemos intervenir. Con el paciente que está crítico hay que actuar de manera correcta y rápida. Uno de los problemas que había es que no sabían actuar ante la emergencia. Les costaba arrancar. Entonces hemos intentado enseñarles de una forma muy práctica a detectar los signos de gravedad para mejorar el estado de salud del paciente desde el primer momento”, afirma Antonio Pérez Alonso. “Hemos hecho un compendio, empezando por la neonatología, el momento del parto, la reanimación neonatal, el tratamiento del lactante, el niño pequeño y mayor, la preadolescencia y la adolescencia”, completa Javier Morillo.

“Durante el curso las enfermeras comprendieron que con lo que habían aprendido sí podían contribuir a la disminución de las tasas de mortalidad infantil”, señala Antonio Pérez. En Guinea, según los últimos datos publicados por la ONU, 150 de cada 1.000 niños nacidos vivos sufren riesgos de morir antes de cumplir los cinco años. Los partos atendidos por personal sanitario cualificado son del 38 por ciento, mientras que la tasa de fecundidad entre las adolescentes es de 128 por cada 1.000 niñas entre 15 y 19 años, todas cifras por encima de la media regional del continente africano. Como señala Javier Morillo, “la reducción de la mortalidad infantil es uno de los objetivos del curso. El gran problema que tienen en cuanto a la mortalidad periparto es el control de los embarazos. En la mayoría hay dos condiciones: que no son controlados y que se producen entre la población adolescente. El desconocimiento, junto con el empleo de la medicina tradicional es lo que provocan las altas tasas de mortalidad… Tienen muy asumida esta realidad, por lo que hemos tratado de cambiar esta situación entre las enfermeras que han participado en el curso”. De hecho, la respuesta de las enfermeras fue tal que incluso comenzaron a aplicar los nuevos conocimientos antes de que finalizaran las sesiones formativas, como fue el caso de las matronas del Hospital Regional de Bata, que tomaron conciencia de que está en sus manos salvar vidas, a pesar de los pocos medios con los que cuentan, ya que atienden solas el parto.

Otro de los fines perseguidos con el curso es que las enfermeras que han recibido formación se transformen en “vehículos de salud” para transmitir a sus compañeras los conocimientos que han adquirido. Como reconoce Antonio Pérez, “tienen una falta de base clara. El problema está en el pregrado no en el profesional, que tiene la necesidad de aprender, lo que ocurre es que los contenidos de su formación son escasos”. En este sentido, el proyecto de Fuden y la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha está implantando nuevos sistemas de gestión de la calidad de los cuidados de enfermería. Para ello, se están elaborando registros, planes de cuidados y procedimientos y protocolos básicos que se van a introducir en los hospitales públicos de Guinea.

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