Periodismo Humano, 29 de Noviembre- “La historia de África siempre se ha contado desde los ojos de las agencias de prensa occidentales. África tiene que ser contada por la voz de los africanos porque no hay nadie que pueda hacerlo mejor que nosotros, los que la vivimos”. Esta reflexión es de Cheiff Sy, presidente de África Editors Forum, pero podría extrapolarse a todos los que ayer tomaron la palabra en “¿Ha llegado el momento de África”. El encuentro, organizado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, reunió nombres propios de la historia africana que hablaron del presente y del futuro del continente con optimismo y dejaron poco margen a la autocrítica.
“Lo que se dice de África está siempre relacionado con conflictos. El único momento en el que un niño español ve África en la televisión es cuando se habla de hambre, de sida y de pobreza. Ese niño tendrá una percepción muy negativa que le acompañará siempre. Hace falta encontrar un equilibrio. Hay una nueva generación de líderes que está trabajando contra la pobreza, los conflictos, los abusos en materia de derechos humanos y el crecimiento”, defiende Themba James Maseko, del Departamento de Comunicación del Gobierno de Sudáfrica.”El problema es que no podemos ser siempre una fuente de materias primas y no contar con nuestras propias fábricas. A África sólo vienen los inversores extranjeros a llevarse la riqueza. Tenemos que avanzar en el compromiso para reforzar las relaciones sur-sur, no sólo a nivel económico, también político”.
Compartiendo mesa estaba Ricardo Martínez, director de Casa África. “Si queremos que África cambie, ¿por qué seguimos empeñados en darle las recetas? La ayuda al desarrollo es necesaria pero no suficiente. Tampoco lo es invertir, extraer e irse, hay que integrarse y que la política de la Unión Europea no bloquee la entrada de los productos africanos en los mercados. África necesita el control de sus recursos. ¿Quién tiene interés en que no se enfríen los conflictos como el de los Kivus o Somalia? Eso se preguntan los líderes africanos, y yo lo suscribo. Salvamos a Grecia y a ahora salvamos a Irlanda pero no cumplimos los compromisos con África”.
Uno de los temas estrella es China, cuyas inversiones no paran de crecer en el continente, despertando el recelo de quienes la ven como una amenaza para los intereses africanos. “Está invirtiendo en todos los sectores y tomando un lugar preponderante, de aquí a unos años nos encontraremos entre occidente y China”, asegura Cheiff Sy. No lo ve así el Gobierno sudafricano, “África busca inversores y comercio. China es de los pocos que ha querido invertir, lo que falta es una reglamentación. No podemos decir ‘no’ a la inversión china cuando los europeos han hecho lo mismo. Hay zonas costeras que se están privatizando a las que los propios africanos no tienen acceso”, dice Themba James. Las críticas más contundentes llegan del público. “Vender nuestras tierras es vender a las personas. Estamos pasando de ser esclavos de occidentes a ser esclavos de China, de un amo a otro”, afirma Jannete, congoleña.
Njongonkulu Ndungane es el arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, un hombre cuyo activismo contra el apartheid le costó ser encarcelado en la Isla Robben entre 1963 y 1966. Él también mira a China con buenos ojos. “China ha sido capaz de que 50 millones de personas hayan salido de la pobreza. Por supuesto que nos preocupan temas como los derechos humanos, pero la cooperación sur-sur se está construyendo y nosotros tenemos que aprender las mejores prácticas de la gente que ha tenido éxito en el resto del mundo. Ha habido una liberación de nuestra tierra que nos ha costado sangre, sudor y lágrimas, por lo que nuestro desafío ahora es que los gobiernos desarrollen políticas que controlen a otros países. Nadie puede salvar a África, es África la que se salva a sí misma”, asegura el arzobispo. “Somos el segundo continente más poblado, tenemos más de un billón de habitantes (un billón anglosajón, que equivale a mil millones de personas) y las tasas más altas de fertilidad. El 40 por ciento de la población tiene 50 años o menos pero también tenemos las expectativas de vida más bajas y somos los más pobres. África está plagada de promesas rotas y gobiernos africanos que no han sido capaces de alcanzar los objetivos y por un régimen comercial totalmente injusto. Tenemos muchas materias primas y recursos humanos, pero se nos ha castigado a nivel financiero”. Apunta a tres áreas en las que deben centrarse los esfuerzos: educación, agricultura e infraestructuras.
También hay hueco para hablar de los flujos migratorios que entre África y Europa y el trato que aquí reciben los inmigrantes. “Creo que la inmigración siempre ha tenido lugar y ahora se habla de ella como si África estuviese invadiendo Europa. Eso siempre ha sido así. En los años 70 hubo aviones que salieron del continente africano cargados de personas que fueron a trabajar y a construir Europa, eso parece que ya se ha olvidado. Hace falta más respeto porque ser inmigrante no es ser ganado“, critica Cheiff Sy.
A pesar de todo, en la última década, cinco países africanos, Burkina Faso, Etiopía, Mozambique, Ruanda y Uganda, están en la lista de los diez países que han conseguido mayores avances en materia de desarrollo. La esperanza de vida ha aumentado más de diez años en el continente en las últimas cuatro décadas, el nivel de alfabetización se ha duplicado y más del 50 por ciento de los niños y niñas está escolarizado, el doble que hace 40 años. Cifras para la esperanza. Recordemos que, cuando hablamos de África, hablamos del tercer continente más grande del mundo y de sus 53 países.
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