Europa Press, 29 de Julio- La diáspora africana dispersa por el mundo es el principal donante internacional para muchos países africanos, con alrededor de 40.000 millones de dólares en remesas que superan, juntas, las inversiones extranjeras directas y las ayudas al desarrollo. No obstante, según un estudio, las altísimas comisiones a las transferencias (que pueden llegar al 25 por ciento de las cantidades) y la falta de intermediarios financieros adecuados impiden que estos fondos se destinen al desarrollo de los países de origen de los emigrantes.
El estudio, presentado el pasado mes de octubre en Túnez por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y hecho público esta semana por la oficina en Dakar de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), indica que los alrededor de 30 millones de africanos repartidos por el mundo envían a sus países alrededor de 40.000 millones de dólares (29.500 millones de euros).
Estas cifras, según el informe, superan a las inversiones extranjeras directas y a las ayudas oficiales al desarrollo, sumadas ambas. En cerca de 40 países, los envíos de los emigrantes representan hasta el 10 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y en algunos casos representa hasta el 24 por ciento. Dos terceras partes de estos fondos se destinan a las zonas rurales, de las que proceden muchos de los emigrantes.
LAS COMISIONES
No obstante, el estudio llama la atención sobre una serie de problemas que impiden que estos fondos reviertan en beneficio de las sociedades africanas de las que proceden los emigrantes, de manera que la mayor parte de este dinero se destina al consumo y no a la producción.
Aparte de la propia incertidumbre respecto al montante total de las cantidades enviadas, el principal problema son los altos costes que deben pagar los emigrantes por transferir los fondos a sus países, unos costes que han tendido a disminuir para los asiáticos o los latinoamericanos y a aumentar para los africanos.
Dos empresas como Western Union o Money Gram, que controlan entre ambas hasta el 65 por ciento de las transferencias, pueden cobrar en comisiones hasta el 25 por ciento de las cantidades transferidas, según el informe. Como consecuencia de ello, se estima que entre el 40 y el 70 por ciento de las transferencias se hace por vías informales.
La cumbre del G8 celebrada en Aquila (Italia) en julio de 2008 se comprometió a reducir en un 50 por ciento las comisiones a las transferencias en un plazo de cinco años.
INSTITUCIONES E INTERMEDIARIOS FINANCIEROS
La principal causa de estas altísimas comisiones está relacionada con el escasísimo número de oficinas de desembolso existentes en África. En todo el continente hay el mismo número que en México, cuya población representa una décima parte de la toda África.
Esta inexistencia de una red de intermerdiarios financieros (como bancos u operadores telefónicos) afecta de forma muy negativa a los flujos monetarios destinados a las zonas más remotas y rurales de África, que captan entre el 30 y el 40 por ciento de los fondos y cuyos destinatarios se ven obligados a recorrer largos trayectos para obtener el dinero.
A un nivel más global, la escasez de instituciones que regulen y gestionen las remesas impiden que éstas se transformen en inversiones productivas y que contribuyan al desarrollo local.
Por ello, para animar a la diáspora africana a invertir en proyectos productivos individuales y en el desarrollo local de sus países de origen, el Banco Africano de Desarrollo (BAD) ha creado un fondo de depósitos dotado con seis millones de euros y ha firmado acuerdos con el Ministerio francés de Inmigración y con el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola