La revolución del grafiti en las revueltas árabes

Las revueltas en el mundo árabe, que estallaron tras el desesperado acto de un joven tunecino llamado Mohamed Bouazizi el pasado 17 de diciembre de 2010, han agitado notablemente el panorama político, económico y social de estos países.

Paralelamente ha aumentado también en las calles de las principales ciudades, como El Cairo, Trípoli, Túnez, Gaza o Ammán, el número de grafitis en sus paredes. "Una revolución joven con un modo de expresión acorde. Como un muro de Facebook en la calle", explica desde la capital egipcia a LaVanguardia.com la fotoperiodista sueca Mia Gröndahl, autora de diferentes compendios acerca del street art en diferentes ciudades árabes.

Su última obra -aún por publicar- se centra en la revolución de la plaza Tahrir de El Cairo, en sus primeras tres semanas, que arrancan el 25 de enero de 2011. Precisamente es en la gran urbe egipcia donde desde hace unos meses se está llevando a cabo una iniciativa llamada Los Murales de los Mártires, grafitis que quieren recordar a todos aquellos que fallecieron por los intentos del régimen de Hosni Mubarak de aplastar las revueltas, es decir, al menos 846 muertos y 6.400 heridos.

Historias como la de Islam Raafat, que tenía 18 años cuando el 28 de enero de 2011 los tanques terminaron con su vida en una de las jornadas más sangrientas vividas en la conocida plaza cairota. Para Mohamed Fahmy, alias Ganzeer, de 29 años, prolífico artista y cabeza visible de dicha iniciativa, "los intentos del gobierno de prohibir el uso del espacio público no hacen otra cosa que enviar la idea de que la calle no es de los ciudadanos", opina.

Las autoridades borran sistemáticamente los murales con las efigies de los llamados mártires. El colectivo de Ganzeer regresa y lo pintan todo de nuevo. Desde la renuncia de Mubarak, Egipto vive una época de creatividad en la que el grafiti parece haberse convertido en la máxima expresión, al menos en la más visible. "Antes de la revolución, lo único que había pintado en las paredes de El Cairo eran anuncios para alquilar una plaza de garage", explica la fotoperiodista sueca desde la capital egipcia.

Gröndahl lleva desde principios de 2000 fotografiando las pintadas que los jóvenes en los países árabes llevan a cabo. La reportera data en 1987, con la primera Intifada, el inicio del street art en las calles árabes. "Aquello también fue como un efecto Facebook para ellos. Se comunicaban a través de los muros de las casas porque todos los medios de comunicación estaban controlados por israelíes y también por palestinos", explica. Gröndahl ha seguido esta expresión de arte urbano en Gaza durante siete años. "Hamás mató el grafiti en Gaza hace unos años pero ahora nuevos talentos emergen y son igual de críticos con ellos", explica.

En Trípoli, capital libia asediada por los bombardeos de la OTAN desde mediados de marzo, también aparecen expresiones artísticas en contra de Muamar el Gadafi, muchas de ellas destinadas a ridiculizar la imagen del dictador. Son pintadas anónimas. No hay colectivos que las reivindiquen públicamente.

 

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