El rey de Suazilandia: ¿un sol que brilla menos?

 Mswati III de Suazilandia está acostumbrado a celebrar su cumpleaños "a cuerpo de rey", sin que los gastos sean motivo de preocupación.

Pero con la economía de su país en picada, esta semana, cuando el monarca cumplió 44 años de edad, no hubo presupuesto para festejos suntuosos.

Por eso, el Ministro del Interior, el príncipe Gcokoma, pidió a la población que donara vacas para sacrificarlas en fiestas multitudinarias en las que hubo música y bailes tradicionales.

La solicitud -en un país donde más del 60% de la población vive en la pobreza y donde una de cada cuatro personas es VIH-positiva- provocó indignación.

Clasificado por la revista Forbes como uno de los monarcas más ricos del mundo, con una fortuna personal estimada en más de US$100 millones, el rey Mswati tiene 13 esposas, cada una con su propio palacio, su séquito de la seguridad y una flota de autos de lujo.

Sin embargo, el reino se enfrenta a la ruina derivada en parte de la recesión económica mundial.

El año pasado, Suazilandia necesitó un préstamo de emergencia de varios millones de dólares para poder pagar salarios de empleados públicos, y el Fondo Monetario Internacional dijo que el actual plan económico no es sostenible por lo que unos 7.000 empleos de funcionarios podrían ser eliminados.

La amenaza para el empleo ha sido un detonante de protestas laborales que han evolucionado en favor de reclamos de democracia.

Muchos activistas dentro del reino ven al rey como un "multimillonario engañado" y desean poner fin a su poder absoluto y al levantamiento de la proscripción de los partidos políticos.

En el exterior, los medios de comunicación no dejan de censurar al monarca, quien asiste con frecuencia a actos oficiales con el torso desnudo, en trajes tradicionales.

"Rey Sol"

Para Sam Mkhombe, secretario privado del rey desde 2004 hasta 2011, la imagen que la prensa extranjera emite el monarca es "injusta" y "alimentada por sus detractores".

Pese a su remoción del cargo por presuntamente promover los partidos políticos, Mkhombe sigue siendo leal a Mswati III.

"El rey es muy importante para la nación porque él es su símbolo de unidad y su identidad", le dijo a la BBC.

Mkhombesostiene que el estilo de liderazgo del rey y su elocuencia también son admirados.
El ex asesor real Mandla Hlatshwayo, ahora activo en el movimiento prodemocracia, está de acuerdo en que la monarquía como institución cuenta con muy alta estima.

Según él, los ciudadanos "normalmente se refieren al rey como el sol que brilla sobre la tierra o la boca que no dice mentiras".

La "buena vida"
Sin embargo, la a crítica audaz de la monarquía por parte de secciones del movimiento prodemocracia no se puede soslayar.

Hlatshwayo, ahora un empresario en el exilio en Sudáfrica, reconoce que la gente está empezando a perder la fe en el rey.

 

"Sobhuza durante sus últimos años solía defender abiertamente los derechos de los ciudadanos que no estaban de acuerdo con él y, a menudo declaraba que él era simplemente un administrador de la nación".

Por el contrario, "Mswati no está tratando de encontrar un compromiso con su pueblo, sino que está imponiendo su voluntad por la fuerza militar".

En opinión de Bheki Makhubu, editor de la revista Swazi, y quien ha estado preso por expresar sus puntos de vista, el rey ha perdido el contacto con sus súbditos.

"Le gusta la buena vida" y eso se ha extendido a sus consejeros, por lo cual "se ha fomentado la corrupción", dice.

La magnitud del poder del rey también lo ha corrompido, añade.

Pero mientras muchos se quejan, pocos considerarían intentar derrocarlo, asevera Makhubu.
"Somos como una esposa objeto de abusos que cree que es ella la que causa los problemas que incitan al hombre a golpearla", manifiesta.

El cambio
Hace cuatro años, Suazilandia organizó el llamado "40/40" para celebrar las cuatro décadas de vida de Mswati III y los 40 años de independencia.

La festividad costó de más de US$2,5 millones y generó críticas firmes, en especial de los donantes internacionales.

Los 44 años del monarca se celebraron a el Estadio Memorial de Sobhuza II, en Nhlangano, en la región de Shiselweni, a menor escala.

No obstante, el proscrito partido opositor Movimiento Popular Democrático reclamó que el dinero de los festejos se donara a causas benéficas.

Y el recién formado Congreso de Sindicatos de Suazilandia instó a sus miembros a organizar una "antihuelga" e ir a trabajar el día festivo del cumpleaños del rey.

La Campaña de la Democracia Suazilandia, por su parte, convocó a protestas, las cuales no tuvieron lugar disuadidas quizás por una fuerte presencia policial.

Pese a que Sam Mkhombe reconoce que de cualquier manera la fiesta será costosa, dice que la "construcción nacional" siempre tiene un costo.

La "construcción de la nación tiene sus costos en cualquier estado", defiende.

Sin embargo, Hlatshwayo enfatiza en que los días de culto al rey como un líder divino están contados y es sólo cuestión de tiempo antes de que tenga que renunciar a su poder absoluto y permitir la democracia.

El rey "no tiene otra opción. El cambio va a suceder", concluye.

 

Vía | BBC Mundo

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