Hay pruebas crecientes que el nuevo gobierno de Zimbabue no está dispuesto a terminar definitivamente con las violaciones de derechos humanos, a restaurar la autoridad de la ley, instituir las reformas de derechos fundamentales, y orientar una nueva política para el país.
A pesar de compromisos hechos por todos los partidos, el nuevo gobierno de reparto del poder no ha tomado ningún paso significativo para asegurar la justicia para las víctimas de los abusos.
En inglés.
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