Desmond Tutu lanza campaña contra la xenofobia en Sudáfrica

El arzobispo sudafricano Desmond Tutu es la imagen de una nueva campaña lanzada para luchar contra el racismo y la xenofobia tras los ataques contra miles de extranjeros que tuvieron lugar en diferentes ciudades de Sudáfrica en mayo de 2008.

La campaña de cambio social para la eliminación de comportamientos que pueden derivar en discriminación, xenofobia, racismo y tribalismo ha sido lanzada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Dicha iniciativa, llamada One Movement, se basa en los ataques xenófobos contra miles de extranjeros que tuvieron lugar en diferentes ciudades de Sudáfrica en mayo de 2008.

La campaña, patrocinada por el arzobispo Desmond Tutu, recurrirá a programas en los medios de comunicación, debates en la comunidad, movilizaciones juveniles, intervenciones en los planes de estudio y formación en el ámbito de los derechos humanos. Además, contará con un gran número de colaboradores de la sociedad civil para fomentar la tolerancia, la dignidad humana y la unidad en la diversidad a lo largo del sur de África.

Gracias al apoyo de la estación de radio METRO FM, ONE Movement contará igualmente con algunos personajes famosos y relevantes de diversas zonas del continente africano, quienes harán de embajadores de buena voluntad.

La primera fase de la campaña contará con la financiación de la Oficina del Departamento de Estado de los Estados Unidos responsable de la población, refugiados y migraciones (PRM). No obstante, la OIM necesita aún otros dos millones para poder llevar a cabo la campaña durante los próximos dos años.

“Aunque nuestra principal preocupación es la xenofobia, hemos descubierto que se trata sólo de uno de los síntomas de una cultura general de división social que está en aumento en Sudáfrica”, explica Hans Petter Boe, representante regional de la OIM en Sudáfrica.

Según un estudio llevado a cabo en 2008 por FutureFact Mindset, durante los últimos años Sudáfrica ha experimentado un importante aumento en cuanto a la división social. El Informe sobre indicadores del desarrollo de Sudáfrica de 2008 muestra que los sentimientos positivos relacionados con las relaciones raciales pasaron de un 60% en mayo de 2004 a un 49% en mayo de 2008.

El lanzamiento de ONE Movement tiene lugar al mismo tiempo que la publicación de un nuevo informe de la OIM sobre xenofobia en Sudáfrica, el cual sugiere que los actos violentos relacionados con la xenofobia en mayo de 2008 no se dirigían exclusivamente a los nacionales extranjeros sino que afectaron igualmente a las personas consideradas como "forasteros".

El informe, “Hacia la tolerancia, la ley y la dignidad: examen de la violencia contra los nacionales extranjeros en Sudáfrica”, atribuye parcialmente los actos violentos de 2008 a grupos locales y personas que iniciaron o apoyaron dichos ataques para favorecer sus intereses políticos y económicos. Por el contrario, no parece haber ninguna evidencia para sostener la creencia anterior que defendía que el estallido de la violencia se debió a factores como los escasos controles fronterizos o el aumento en el precio de los alimentos y las materias primas.

El objetivo de dicho estudio, realizado en nombre de la OIM por el Programa de estudios sobre la migración forzada (PEMF) de la Universidad de Witwatersrand y financiado por el Departamento de Desarrollo Internacional (DFID) del Reino Unido, consistía en lograr una mejor comprensión de los factores que desencadenaron los ataques responsables de la muerte de 62 personas y del desplazamiento interno de otras 100.000.

El estudio reveló que, a pesar del carácter endémico de la xenofobia, de las desigualdades económicas y de la cultura de la violencia en Sudáfrica, la micro-política de los municipios y los asentamientos informales explican los actos de violencia que tuvieron lugar en mayo de 2008 contra los no-nacionales y otros "forasteros".

Los factores históricos y estructurales generales, tales como la herencia de discriminación institucional y la desconfianza de los nacionales extranjeros no pueden, de manera aislada, explicar la ubicación temporal ni espacial de los ataques, los cuales se produjeron en algunos sitios pero no en otros, a pesar de presentar condiciones demográficas y socioeconómicas similares.

A parte de estas conclusiones, el estudio de la OIM identifica una serie de factores comunes que favorecieron los actos violentos allí donde sucedieron. Entre ellos: prácticas institucionalizadas que excluyen a los extranjeros de la justicia y la participación política, a menudo justificada por el limitado conocimiento y respeto de la ley; la escasez de un mecanismo de resolución de conflictos fiable, rápido y efectivo, lo cual favorece el vigilantísimo y la venganza popular; y la aparición de dirigentes locales e ilegales, algunos de los cuales pretenden reforzar su autoridad creando un sentimiento de rencor hacia los “forasteros”.

El estudio sugiere igualmente que sería necesario realizar esfuerzos sistemáticos que definan a las personas como responsables de los actos de violencia, al mismo tiempo que se llevan a cabo esfuerzos de reintegración mejor concentrados y coordinados si se quiere restaurar la cohesión en la comunidad, resolver los conflictos y prevenir ataques similares en un futuro.

En dicho estudio se incluyen recomendaciones para reducir las tendencias xenófobas y el riesgo de nuevos ataques. Éstas incluyen la creación de intervenciones que fomenten la responsabilidad y que se opongan a la cultura de la impunidad; reformas para crear consejos comunitarios inclusivos; apertura de diferentes canales de migración legal; apoyo al gobierno para combatir las prácticas xenófobas y discriminatorias en las instituciones públicas; y fomento de la cultura de derechos humanos en Sudáfrica.

 

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