El partido de la oposición de Guinea Ecuatorial, Convergencia para la Democracia Social, CPDS, ha presentado un informe sobre el estado de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial, durante el año 2010.
En la introducción los autores del informe añaden que, a principios de 2011, el miedo a que se extienda a Guinea Ecuatorial el fenómeno de las revueltas árabes ha llevado al gobierno a tomar medidas que endurecen aún más la situación de los derechos, como la “drástica restricción de los derechos de reunión, asociación, manifestación y expresión”; el adelanto del fin de curso escolar, para hacer que los estudiantes vuelvan a sus poblados de origen en el interior; incluso la supresión de procesiones religiosas, además del destacado aumento de la represión como detenciones arbitrarias, encarcelamientos breves, maltratos físicos, acoso a la oposición, la represión de la libertad de prensa y expresión y la “intimidación de la población” en general.
“Siempre fiel a su compromiso y dentro del estrecho margen de acción que es el suyo, Convergencia para la Democracia Social de Guinea Ecuatorial (CPDS) denuncia la persistencia de las violaciones de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial con carácter sistemático, deplora la escasa presión que, por parte de la comunidad internacional, pesa sobre el régimen violador del presidente Obiang, y expone a continuación, sin ningún carácter exhaustivo, algunas de las violaciones registradas a lo largo del año 2010 y comienzos 2011.”
El informe explica que es muy difícil recabar datos en el país, tercer productor de petróleo de África, porque no existen estadísticas ni registros a nivel estatal sobre asuntos relacionados con los derechos fundamentales como son la sanidad o la educación o la población de las cárceles, pero lo más grave de todo es que la población no denuncia ni protesta, por un enorme miedo a la “furia del régimen”.
El “Informe de Derechos Humanos 2010” consta del relato con fechas, horas, lugares precisos, incluso nombres y apellidos de víctimas y criminales, de las violaciones de derechos registradas el año pasado. En él se constata que se siguen produciendo detenciones arbitrarias, prohibición de visitas a las cárceles, torturas, asesinatos, expropiaciones y otros abusos cometidos por el régimen Obiang y su círculo cercano, con total impunidad.
El partido de la oposición también se muestra preocupado por la explotación descontrolada de petróleo y gas, sin respeto por el medio ambiente, algo que se ha registrado a lo largo de todo el 2010, o se ha seguido registrando, y que si no se pone remedio a ello, el medio ambiente podría verse degradado más allá de su posible recuperación.
También, durante el año 2010 “continuaron las expropiaciones y desalojos abusivos sin compensaciones”.
Asesinatos y torturas impunes
El informe ofrece una relación de asesinatos de civiles por parte las fuerzas de seguridad, de la clase de “un tiro en la nuca” o el joven de 22 años que tras ser detenido por la guardia especial del presidente es llevado por los mismos soldados que lo detuvieron, esa misma noche, al hospital con evidentes signos de tortura, ya cadáver. Por lo general los militares salen airosos e impunes de todos sus crímenes y las pocas veces que llegan a ser juzgados, un sistema judicial corrompido y al servicio del régimen los declara inocentes.
La tortura, como reiteran tantos otros informes sobre derechos humanos en Guinea Ecuatorial, es un acto cotidiano en las cárceles, comisarías e incluso a la luz del día, cometido por las fuerzas de seguridad.
La degradación de la situación de los derechos humanos hace años que viene siendo escandalosa, a pesar de que el sistema no recibe reproche alguno por ello. La inseguridad de la población es extrema, como ilustra, a modo de ejemplo, uno de los casos relatados en el informe: los propietarios de una tienda denuncian el intento de robo de su establecimiento e identifican al ladrón, esto es motivo de detención y tortura de las víctimas del robo y no de su agresor.
Los militares y policías torturan a cualquiera que pueda parecer “respondón”, extorsionan a cualquiera que tenga la desgracia de cruzarse en su camino, o el camino de las personas con poder, cercanas al régimen de Obiang. Las tareas domésticas de las casas de los altos mandos militares son asignadas, por obligación, a unos 6 o 7 presos de la cárcel de Bata, que son llevadas de vuelta a la cárcel, tras realizar dicho trabajo sin compensación alguna.
Las cárceles no tienen registro de presos, es imposible saber con exactitud cuánta gente hay en prisión, ni los motivos de su detención. Tampoco se permiten visitas de organizaciones civiles o de defensa de los derechos humanos.
Los juicios carecen de garantías, violan el derecho internacional y hasta el nacional. El poder judicial sigue sin ser independiente y sus contradicciones son escandalosas, para los autores de este informe, como el juicio sumario militar a cuatro opositores del régimen, civiles, llevados en más que dudosas circunstancias a Guinea desde Nigeria, y ejecutados media hora después de ser leída la sentencia. El que no tuvieran posibilidad de apelación, no es más que otra de las graves violaciones del derecho que se cometieron en el proceso, en agosto de 2010.
Por descontado no existe ninguna libertad de prensa, opinión, expresión o culto.
Acción decisiva de la comunidad internacional, indispensable
El CPDS destaca el “miedo enquistado” en la sociedad tras décadas de “crueldad, de represalias, de impunidad, de detenciones arbitrarias, de torturas y de asesinatos”. Esto sumado a la “pobreza y la ignorancia de la población” en general, hacen muy difícil que la sociedad actúe y contribuye al reforzamiento de la dictadura.
“Por eso una acción decisiva de la comunidad internacional sobre la dictadura que impera en Guinea Ecuatorial, que apoye las iniciativas locales y no se detenga en las promesas del dictador, es indispensable. Solo la activa implicación de la comunidad internacional en el problema guineano es susceptible de introducir cambios significativos en el régimen de Teodoro Obiang y devolver esperanzas a la población.”