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convivencia
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Guinea-Bissau

Servicios públicos

EDUCACIÓN: la educación durante el periodo colonial era muy pobre. En los años 70, sólo una ínfima parte de la población estaba matriculada en la escuela primaria, y el analfabetismo era casi universal. Durante la guerra de independencia (1963-74), el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde–PAIGC (socialista), intentó revertir la situación, estableciendo su propio sistema escolar en las zonas liberadas y en las bases exteriores. Sin embargo, la educación en el contexto de la guerra era previsiblemente difícil, y la matriculación, irregular.

La educación está reconocida como un derecho básico en Guinea-Bissau. Oficialmente, son obligatorios seis años de educación primaria para los niños de 7 a 14 años. Según la Ley de Educación de 2011, la educación básica en Guinea-Bissau está  organizada en tres ciclos que abarcan los primeros nueve años de escolarización.  El primer ciclo es el de los grados 1 a 4 (EB1);  el segundo ciclo, los grados 5-6 (EB2), y el tercer ciclo, los grados 7-9 (EB3). Los dos primeros ciclos son obligatorios y gratuitos, y constituyen el ciclo completo de la educación primaria. El tercer ciclo es comparable al primer ciclo de la enseñanza secundaria y requiere el pago de una tasa.

Las tasas de finalización de la enseñanza primaria en Guinea-Bissau son bajas y sólo el 76% de los niños que entran en la escuela terminan el sexto grado. Entre las razones; sobre todo en las zonas rurales; la deficiente calidad de la educación, la escasez presupuestaria (Bissau representa el 26% de la población estudiantil mientras se beneficia de más del 60%de los recursos públicos), la falta de profesorado cualificado (los docentes de primaria de Guinea-Bissau ganan sólo la mitad de los sueldos de los docentes de los países africanos de renta baja comparables), el absentismo y las altas de repetición, o los matrimonios precoces (y los embarazos cuando llegan a la mitad de la adolescencia), en el caso de las niñas.

Sólo unas dos quintas partes de los niños en edad escolar van a la escuela, y el analfabetismo de los adultos sigue siendo elevado, sobre todo entre las mujeres. La tasa de alfabetización, mujeres adultas (de 15 años o más; 2014): 22%; en el caso de los hombres adultos, del 44%. La proporción de niñas con respecto a niños en educación primaria y secundaria (2010) es del 0,64%. Sólo hay una universidad pública en el país, ubicada en la capital: la Universidad Amílcar Cabral.

SALUD: el sistema de prestación de asistencia sanitaria durante el periodo colonial era sumamente inadecuado y la mayoría de la población nunca veía a un médico o dentista. En la actualidad, existe una red sanitaria pública que cubre todo el país, pero la realidad es que las carencias de recursos humanos y materiales conducen a un deficiente funcionamiento del mismo. La estructura de la red sanitaria pública incluye, en orden decreciente: Hospital Central Simâo Mendes; Hospitales Regionales (no en todas las regiones); Centros de Salud de Tipo A, B y C; Unidad Sanitaria Básica (atendida por voluntariado).

La financiación de la sanidad depende principalmente de la ayuda exterior, que representa más del 70% del presupuesto. La contribución del Estado (gasto público en salud per cápita-2017: 4€) abarca al pago de salarios y otros gastos menores.

Las tasas de mortalidad infantil siguen siendo altas, en gran parte debido a la diarrea, la desnutrición y las infecciones de las vías respiratorias superiores. El saneamiento y el tratamiento de residuos inadecuados siguen siendo importantes problemas de salud pública, y gran parte de la población sigue estando desnutrida. Las enfermedades tropicales, especialmente la malaria, están muy extendidas y conllevan altas tasas de mortalidad. Otros problemas sanitarios son el cólera (Guinea-Bissau ha experimentado recurrentes brotes, el último, en 2012), la esquistosomiasis, la filariasis y la lepra; la mortalidad por accidentes de tráfico, el VIH/SIDA y el abuso de sustancias está aumentando.

La cobertura nacional del personal profesional de la salud (proporción de personal de enfermería y médicos por habitantes es muy bajo en Guinea Bissau: de 0,6 en el caso de personal médico y de 6,6 en el caso del personal de enfermería, por cada 10.000 habitantes (según la CEDEAO, 2019), cuando la OMS recomienda una presencia de 9 médicos/as y de 35,5 enfermeros/as por cada 10.000 hab.

TRANSPORTE Y TELECOMUNICACIONES: algunas carreteras de Guinea-Bissau están pavimentadas para su uso en todo tipo de condiciones climáticas, pero la mayor parte del país está comunicada por vías no pavimentadas. A muchos hogares y aldeas sólo se puede acceder por senderos y canoas. No hay ferrocarriles. El aeropuerto de Bissau gestiona el tráfico aéreo internacional, mientras que varios aeropuertos más pequeños y pistas de aterrizaje dan servicio al interior del país. Los servicios de transporte marítimo y de transbordadores conectan los puertos marítimos y fluviales de la costa con el interior. El principal puerto del país se encuentra en Bissau.

SERVICIOS BÁSICOS: el 35% de la población (38,65% en el ámbito rural) tiene acceso a servicios básicos de agua potable; el 10% (18% en el ámbito rural) no tiene acceso a sistema alguno de saneamiento (2020).

El porcentaje de la población que usa Internet (2019) es del 28%. Acceso a electricidad, (2019); 31%; en el ámbito rural, el 12,9%.

Economía y Trabajo

Guinea-Bissau tiene un gran potencial de desarrollo de recursos minerales, como fosfatos, bauxita y arenas minerales. Se ha iniciado la exploración de petróleo y gas en alta mar. El clima y el suelo del país permiten cultivar una amplia gama de cultivos comerciales, frutas, verduras y tubérculos; si bien, los anacardos generan más del 80% de los ingresos de exportación y son la principal fuente de ingresos de muchas comunidades rurales.

El Banco Africano de Desarrollo (AFDB, por sus siglas en inglés) estima que el PIB real se contraiga un 2,8% en 2020, invirtiendo una aceleración constante desde 2015. La tasa de 2020 es inferior al 4,5% registrado en 2019 y la más baja desde el golpe de Estado de 2012, cuando la economía se contrajo un 2,0%. La disminución de los precios y las ventas de anacardos son los principales factores que explican el retroceso del crecimiento: la economía de Guinea-Bissau, basada en la agricultura, depende de las exportaciones de anacardos, que sufrieron los bloqueos y el cierre de las fronteras. Se espera que la inflación aumente hasta el 1,9% en 2020, debido a un shock de oferta relacionado con la pandemia en los precios de los artículos de primera necesidad. Sin embargo, la inflación en 2020 sigue estando por debajo del criterio de convergencia del 3% de la Unión Económica y Monetaria del África Occidental (fuente: AFDB).

Guinea Bissau ratificó el Convenio n.º 98 (pendiente de ratificación del n.º 87), sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva en 1977. El derecho a la libertad sindical y el derecho de huelga están regulados por la legislación, si bien, la Administración no les protege debidamente. La Unión Nacional de Trabajadores de Guinea Bissau (UNTGB) denuncia que se producen violaciones de los derechos laborales: por ejemplo, a principios de 2017, las multinacionales MTN y Orange intentaron intimidar a los empleados que quisieran sumarse a una huelga general, cuyo objetivo era reclamar el respeto de una decisión judicial ordenando la readmisión de los asalariados despedidos de manera injustificada (fuente: (Fuente: ITUC-CSI-IGB).

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