"Sin mediar palabra, dos marroquíes que sabían quién soy me agredieron salvajemente. Luego salieron corriendo". Así resume el incidente que sufrió el pasado sábado en el centro de Madrid Ramdan Mesaud, presidente de la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH). Mesaud, saharaui con nacionalidad española, ha denunciado a la Policía estos hechos, de los que acusa "a los servicios secretos marroquíes". Representantes de la Embajada de Marruecos en Madrid se abstuvieron de emitir comentarios al ser contactados por este periódico.
Según consta en la denuncia, los hechos ocurrieron sobre las 18.30 del sábado 21, cuando dos personas de nacionalidad marroquí se dirigieron al presidente de ASADEDH y comenzaron a golpearlo. Le propinaron golpes en la cara y en la boca que le han causado lesiones. "Eso es para que no te rías más", le gritaron.
Algunos de los viandantes acudieron a socorrerlo, mientras los agresores se dieron a la fuga. Mesaud se dirigió entonces al Hospital de La Paz, donde le atendieron y le extendieron un parte de lesiones en el que queda constancia de las fracturas en la boca y contusiones en el tórax. Después presentó una denuncia en una comisaría de la capital.
"Creo que es obra de los servicios secretos marroquíes", explica el agredido a EL PAÍS, ya que los atacantes se dirigieron a él por su nombre y "no tenían pinta de delincuentes". Mesaud ha hecho constar en la denuncia que un miembro de la Embajada de Marruecos lo había amenazado en una ocasión anterior.
En su opinión, "se trata de un ataque por denunciar el expolio de las riquezas naturales del Sáhara Occidental" que lleva a cabo el Reino de Marruecos. "Sin embargo, a pesar de las agresiones, solo van a conseguir que sigamos defendiendo los derechos humanos en este territorio ocupado", añade.
La Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos, que agrupa a unos 350 socios, ha emitido un comunicado en repulsa por estos hechos y varias asociaciones les han hecho llegar muestras de solidaridad y les han ofrecido asesoramiento legal.
Vía | El País