A pesar de todo, esperanza en África

No es un cuento de Navidad ni el de la lechera: África despega empujada por un gran crecimiento económico. The Economist habló hace 10 años del continente-esperanza; ahora, es el continente-realidad, que tiene la oportunidad de seguir la senda de los países asiáticos.

 
África viene de un pozo tan profundo de miseria, guerras, fanatismos, enfermedades y muerte que los datos del milagro, y las historias personales de éxito que trae pasan desapercibidas, como los Kapayas de Zambia que publica The Guardian. El mismo diario informa también de las malas noticias: el liderazgo de Al Qaeda se muda de Pakistán al norte de África, para abrir un nuevo frente.

Doce de países africanos han crecido más del 6%, incluso en época de crisis económica e inestabilidad financiera, y lo han hecho durante seis años consecutivos. Surgen los países-locomotoras: Etiopía, Ghana, Angola, Tanzania, Nigeria, Mozambique, Zambia, Liberia…

 

Crece y se asienta una poderosa clase media -313 millones, según datos de 2010 del Banco Africano de Desarrollo (BAD)-, que representa el 34% de la población. El cambio es enorme: 111 millones en 1980, el 26%. Una clase media que se queda, no emigra; que invierte en ‘casa’, que tiene confianza en el futuro.

 
La revista británica no se engaña, reconoce problemas, como el de la superpoblación y las consecuencias de la falta de medios: más de la mitad de los 1.000 millones de habitantes del continente vive por debajo del umbral de pobreza. Ciento dieciocho de cada mil niños morirán antes cumplir los cinco años, pero hace 20 años, la cifra era de 165 por cada mil.

Otro riesgo que señala en BAD: parte de la población flotante que vive con 2-4 dólares al día podría regresar a la pobreza extrema (menos de un dólar) si se detuviera o ralentizara el crecimiento.

 

Vía | El País | Aguas Internacionales

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